"No queremos ni debemos pasar página". Con este compromiso compartido entre las víctimas de abuso y el arzobispo de Madrid, José Cobo, la Iglesia católica madrileña ha efectuado este lunes un acto de encuentro, reconocimiento, paz y perdón en la Catedral de La Almudena.
Cobo, durante una intervención en el interior del tempo madrileño ha pedido disculpas a las víctimas de abusos y se ha comprometido a la puesta en marcha, "sin retroceso posible", de una serie de medidas que "no den lugar a equívocos".
Entre ellas, ha mencionado la formación adecuada, la transparencia, el acompañamiento y el respeto absoluto a la identidad física y espiritual de las personas.
La suerte de homilía del cardenal ante cientos de asistentes, entre ellos el delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Francisco Martín, ha estado sobre todo marcada por la contrición y el perdón.
"No es momento de palabras: estaréis cansados y cansadas de palabras huecas. Es tiempo de hechos, de escuchar, de aprender, de reconocer y de reparar", ha proclamado el prelado antes de enfatizar: "No hemos cuidado a las víctimas, no os hemos defendido y nos hemos resistido a atenderos cuando más lo necesitabais".
"Rotundamente la Iglesia de Madrid quiere afrontar el dolor que provoca todo tipo de abusos: sexuales, de poder, de conciencia y espirituales", ha añadido.
La relación de la Iglesia con las víctimas entra, por tanto, en "un tiempo nuevo", ha remarcado el arzobispo madrileño, quien ha dado por hecha la instauración de un funcionamiento eclesiástico renovado, basado en "la transparencia y el buen trato".
Porque, como ha sentenciado, "no se trata solo de pedir perdón, sino además de acoger, reparar, restituir e incluir el proceso y la vida (de las víctimas) en el corazón de la Iglesia".
Las palabras de Cobo han ocupado el tramo más relevante de un acto que también dio protagonismo a los testimonios de las víctimas, experiencias de hombres y mujeres anónimos a los que han dado voz ciudadanos y ciudadanas en el pórtico de la Catedral de La Almudena.
Entre las notas de los violines y violonchelos de un cuarteto de cuerda han resonado doce duros testimonios de otras tantas víctimas gracias al proyecto 'Repara', destinado a la atención a las víctimas y a la prevención de abusos en la archidiócesis de Madrid.
La culpa y el miedo, la soledad y la repulsa al encubrimiento, han resonado en exterior de La Almudena ante la silenciosa escucha de varias decenas de personas.
Tras la sucesión de los testimonios y la oración en el interior del templo, a modo de colofón, la archidiócesis de Madrid ha plantado un olivo en uno de los accesos a la catedral, junto a una placa "en memoria de todas las personas víctimas de abuso en el seno de la Iglesia".
La semana pasada, el Defensor del Pueblo presentó en el Parlamento un informe con más de 600 experiencias de abusos documentadas y validadas, si bien dispone de una encuesta hecha a poco más de 8.000 personas en las que un 0,6 por ciento de los entrevistados reconoce haber sido agredido sexualmente por un sacerdote o personal religioso católico.