Enclavado en el paisaje volcánico de Lanzarote, una de las islas del archipiélago canario, se encuentra un espectáculo natural que deja sin aliento a quienes lo visitan: el Lago Verde. También conocido como Charco Verde o la Laguna de los Clicos, esta maravilla natural destaca, además de por la particularidad de sus aguas verde esmeralda, porque, a pesar de su belleza, está prohibido el baño.
El Lago Verde se encuentra en el pequeño pueblo de El Golfo, situado en la costa occidental de Lanzarote. Este cráter volcánico, parcialmente sumergido por el Océano Atlántico, crea contraste entre el verde del lago, el negro de la arena volcánica y el azul profundo del mar. Además, la intensidad del color verde se debe a la alta concentración de algas en sus aguas, lo que le confiere un aspecto irreal y encantador, como sacado de un cuento de hadas.
La laguna, que se encuentra separada del mar por una delgada franja de arena negra, es el resultado de la actividad volcánica que dio forma a Lanzarote hace millones de años.
El Lago Verde: ¿por qué esta prohibido el baño?
Para los habitantes de Lanzarote, el Lago Verde ha sido siempre conocido como el Charco de los Clicos. Este singular cuerpo de agua debe su color verde a una combinación de factores naturales: la acumulación de azufre en su fondo y la presencia de una alga denominada “ruppia marítima”, que produce clorofila y le otorga distintos tonos de verde según la estación del año.
Este lago recibió su nombre por los "clicos", una especie de molusco bivalvo que antaño era muy abundante en la zona y cuyo caparazón se encontraba frecuentemente en sus alrededores. Sin embargo, la introducción de dos tortugas en este entorno confinado en El Golfo resultó en la extinción de esta pequeña almeja comestible.
El Lago Verde ha sido designado como una reserva natural y está protegido dentro del Parque Natural de los Volcanes, por lo que el baño en sus aguas está prohibido. Sin embargo, los visitantes pueden admirar este impresionante fenómeno natural sin costo alguno y en cualquier momento del día. De hecho, desde un mirador cercano al aparcamiento, se puede obtener una vista excepcional de este paraje.
Este lago ha sido sometido a trabajos de rehabilitación para restaurar su tamaño original, ya que la acumulación de arena amenazaba con reducir su superficie de manera considerable. Sin embargo, gracias a estos esfuerzos de recuperación, el lago ahora se extiende por unos 7.000 metros cuadrados, aunque su profundidad apenas alcanza unos pocos centímetros.
Los artesanos locales, por su parte, también son asiduos visitantes del lago, a donde acuden para recolectar olivinas, unas piedras semipreciosas de color verde, con las que diseñan diversos tipo de joyas que pueden comprarse en los alrededores de esta playa.
Diez actividades para disfrutar en el Lago Verde, Lanzarote
El Lago Verde ofrece una variedad de actividades que pueden hacer de tu visita una experiencia inolvidable. Te presentamos diez opciones para disfrutar al máximo de esta playa:
- Admirar el paisaje desde el mirador: disfruta de una vista panorámica impresionante del Lago Verde desde el mirador, que se encuentra a poca distancia del aparcamiento principal de El Golfo. Este punto elevado te permite captar la belleza del lago y su entorno volcánico, ideal para tomar fotografías memorables.
- Pasear por la playa de El Golfo: Recorre la playa de arena negra de El Golfo y siente el contraste entre la suavidad de la arena volcánica y las formaciones rocosas. Es un lugar perfecto para relajarse.
- Explorar el pueblo de El Golfo: sumérgete en la atmósfera del pintoresco pueblo de pescadores de El Golfo. Aquí puedes disfrutar de la gastronomía local, explorar tiendas de artesanía y conocer la vida cotidiana de los residentes.
- Visitar las tiendas de artesanía: descubre joyas y recuerdos únicos hechos con olivina. Las tiendas locales ofrecen una variedad de productos artesanales que reflejan la riqueza cultural de Lanzarote.
- Hacer una ruta de senderismo: explora las rutas de senderismo del Parque Natural de los Volcanes, que rodea el Lago Verde. Las caminatas te llevarán por paisajes volcánicos impresionantes.
- Fotografía de paisajes: captura la magia del Lago Verde con tu cámara. Desde el contraste de colores del lago hasta las formaciones rocosas únicas, este lugar es un paraíso para los amantes de la fotografía.
- Observación de aves: dedica tiempo a observar la variedad de aves que habitan el entorno del Lago Verde. Lleva tus binoculares y disfruta de la fauna local en su hábitat natural.
- Explorar el Parque Natural de los Volcanes: descubre la historia geológica de Lanzarote explorando el Parque Natural de los Volcanes. Aprende sobre la actividad volcánica que dio forma a la isla y disfruta de los impresionantes paisajes volcánicos.
- Tomar un helado o un refresco en las terrazas locales: relájate en una de las terrazas cercanas al lago y disfruta de un helado o una bebida refrescante mientras contemplas las vistas al mar y al Lago Verde.
- Visitar otras atracciones cercanas: aprovecha tu visita para explorar otras atracciones cercanas como los Hervideros, unas impresionantes formaciones rocosas, y las Salinas de Janubio, un lugar de gran interés ecológico y paisajístico.
El Lago Verde, una estrella del cine
La playa de El Golfo y su impresionante Lago Verde han capturado la imaginación de algunos de los más renombrados cineastas del mundo. Uno de ellos es Pedro Almodóvar, el célebre director español, que eligió este paraje como locación para una escena romántica en su película Los abrazos rotos (2009). En 2008, Almodóvar llevó a su equipo de rodaje a este escenario volcánico, donde Penélope Cruz y Lluís Homar protagonizaron una de las secuencias más emotivas del film.
Para los aficionados al cine clásico, la imagen de Raquel Welch emergiendo de las enigmáticas aguas verdes de El Golfo, ataviada con un bikini "prehistórico", es inolvidable. Esta icónica escena pertenece a la película británica Hace un millón de años (1966), una aventura ambientada en el Paleolítico, que ha dejado una marca imborrable en la historia del cine.
El Golfo ha sido también el escenario de otras notables producciones cinematográficas. En 1975, este espectacular paraje acogió el rodaje de Por la senda más dura, una historia de aventuras que capturó la dureza del desierto y los paisajes volcánicos de la isla.
Diez años después, en 1985, llegó el turno de la película de ciencia ficción Enemigo mío, que encontró en El Golfo el lugar ideal para representar un planeta extraño y remoto. Este paisaje inhóspito y surrealista también sirvió de escenario para La iguana (1988), una adaptación cinematográfica de la novela homónima de Alberto Vázquez-Figueroa, que narra una inquietante historia de aislamiento y supervivencia.