Madrid |
Tan alto como para alertar a los vecinos que además del sabor pudieron comprobar que el agua de sus grifos olía a alcohol (y no precisamente de desinfectar) y tenía un color más oscuro de lo habitual. Una investigación de las autoridades locales descubrió que el pozo de agua que suministra el agua corriente había sido contaminado por un cóctel de bebidas alcohólicas.
Al parecer el alcohol, en botellas de ron, brandy y whisky, había sido incautado durante años a bares que no contaban con permiso de distribución y fueron almacenándolo hasta que hace unos días el juzgado encargado dio la orden de destruirlo.
¿Qué hicieron los funcionarios? Enterrar las botellas. No contaron con que el método era demasiado artesanal. El vidrio se rompió y vertió el contenido filtrándolo en el suelo hasta alcanzar el pozo que suministra a la comunidad.
Los análisis han calculado que el agua se ha contaminado con entre 2500 y 4000 litros de bebidas alcohólicas. De momento los vecinos están utilizando tanques de agua potable para su suministro porque el agua de sus grifos sigue teniendo un contenido alcohólico no apto para abstemios.