El brote de listeriosis es un caso aislado y controlado por las autoridades sanitarias. Las empresas cárnicas tienen "estrictos procedimientos de análisis y control de riesgos, bajo la supervisión de las autoridades", ANICE comunica que se trata de un hecho puntual que afecta a una sola empresa.
La industria cárnica española les pide confianza y tranquilidad a los consumidores, ya que según informan, el sistema de control de alimento de la Unión Europea es "el más avanzado del mundo."
Como posible fuente de la contaminación de la citada carne mechada, ANICE especula que puede haber sido afectada, al ser la licteria una bacteria presente, en "el ambiente, tierra y agua, heces, alimentos, animales y personas sanas". Piensan que la contaminación ha sido externa, ya que el alimento es un producto tratado térmicamente, por lo que debería estar fuera de riesgo ya que la bacteria se destruye a altas temperaturas.
Por otra parte, ANICE argumenta que "todas" las empresas de alimentación tienen implantados sistemas de auto control "basados en principios rigurosos y científicamente avalados, que incluyen el análisis de los riesgos y el control de los puntos críticos del proceso de fabricación". "Esto incluye la identificación de todos los posibles riesgos y de los puntos críticos de control para prevenir o corregir los riesgos identificados y la adopción de medidas preventivas, toma de muestras y análisis", agregan.
Así, consideran que los protocolos de control y alerta "han funcionado", retirando toda la mercancía sospechosa a través del sistema de trazabilidad hasta el punto de venta, por lo que "ha desaparecido el riesgo de infección porque se han retirado todos los lotes de fabricación de la empresa desde mayo", tal y como se ha anunciado desde el Ministerio de Sanidad.
La industria cárnica ha dado una serie de recomendaciones básicas para evitar posibles contagios de listeriosis en sus productos, dentro del mantenimiento de la higiene de los alimentos durante su conservación, manipulación y utilización. En primer lugar, aconsejan guardar los alimentos que requieran frío "rápidamente" en la nevera al volver de la compra.
recuerdan la necesidad de lavarse las manos antes de comer, cocinar "cuidadosamente" los alimentos "a temperatura suficiente", lavar bien las verduras y legumbres crudas antes de consumirlas, calentar "suficientemente" los platos precocinados o las sobras de alimentos antes de consumirlos, o conservar los alimentos frescos separados de los cocinados en el frigorífico y los alimentos de origen animal de los vegetales.
Por último, insisten en la necesidad de lavarse bien las manos e instrumentos antes de manipular alimentos crudos o respetar las instrucciones de conservación y uso establecidas por los fabricantes.