Así lo han manifestado tanto Madrigal como su abogado al conocer la sentencia, la primera en la historia de España en la que se reconoce que se entregó una niña a una familia con una filiación falsa.
La mujer ha declarado tener una sensación "agridulce": "contenta" por el reconocimiento de que la "arrebataron" de su madre, pero decepcionada porque se hayan considerado prescritos los hechos. A su juicio, el tribunal debería haber sido "valiente" y haberse "tirado al barro".