Un grupo de expertos españoles está tratando de buscar una alternativa a los PCR que son fiables, pero muy complejos y lentos de aplicar.
Se estaría trabajando en algo similar a un test de embarazo que sea riguroso, pero al mismo tiempo sencillo y accesible para mucha gente en poco tiempo.
Es el reto que se ponen investigadores del Hospital Severo Ochoa de Madrid: conseguir diagnosticar de manera eficaz, precoz y masiva porque con los materiales que se manejan hoy en día "no se consigue".
Así que buscan lo más parecido a un PCR "de bolsillo". El reto es hacer la prueba sin necesidad de pasar por expertos, a pie de calle y con respuesta inmediata.
Uno de los investigadores del Centro de Biología, Luis Blanco, explica en Espejo Público que la idea es desarrollar un dispositivo muy sencillo -tipo análisis de predictor-, personal y desechable y que "la reacción ocurriera dentro de él, de manera automática para dar un resultado final positivo o negativo".
Siguiendo la estela de Margarita Salas y echando mano del virus español que ella estudió, se busca que la prueba consiga amplificar los rastros del COVID-19 para poder detectarlo incluso con una baja carga viral.
Si todo cuadra, se fabricará aquí mismo, quedará en manos del Ministerio de Sanidad y servirá en el futuro para detectar virus no sólo en humanos sino también en espacios como museos o aviones.
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