Durante la rueda de prensa estacional, ha señalado que no hay una tendencia clara respecto a las temperaturas y que se espera un invierno normal aunque, con "mucha precaución", entre enero y marzo hay una "ligera" probabilidad de que sean algo más altas de lo normal.
Entre las causas, ha explicado que a nivel mundial se está observando el inicio de un episodio del fenómeno meteorológico El Niño, que se acentuará en los próximos meses y esto hará que las borrascas circulen hacia latitudes más bajas y lleguen así a la Península, al tiempo que su influencia en la estratosfera provoca, asimismo, un aumento de las lluvias.
Así, este invierno llegará después de un otoño muy cálido y húmedo. De hecho, el también portavoz de la AEMET, Rubén del Campo, ha destacado que el trimestre septiembre-noviembre fue el séptimo más cálido desde 1965 y el quinto más caluroso en lo que va de siglo XXI.
Además, ha indicado que desde 2011 todos los otoños han tenido una temperatura superior a la media en el conjunto de España, lo que "constata" una "tendencia a otoños más cálidos". Este año, la anomalía fue de 1 grado centígrado por encima de la media del periodo de referencia (15,8ºC), de modo que la media de este trimestre fue de 16,8ºC, provocada por el septiembre más cálido desde que hay registros y un octubre y noviembre "normales".
En cuanto a lluvias el otoño tuvo un carácter húmedo, con un valor de 236 litros por metro cuadrado, que supone un 16 por ciento por encima del periodo 1981-2010, de modo que este ha sido el sexto otoño más lluvioso del siglo. La estación estuvo marcada por los contrastes, que resultó muy húmedo en la vertiente mediterránea, mientras que en el noroeste de la Península y en el Cantábrico el trimestre fue algo más seco de lo normal.