Las tripulantes de cabina le dijeron a Laura, la pasajera de 24 años, que no podía subir al avión entre Palma de Mallorca y Barcelona este domingo porque llevaba “bikini”. El debate entre body y bikini se mantuvo durante unos minutos, con tensión y al final todo acabó con una llamada a la Guardia Civil.
Los otros pasajeros, mediante un gesto solidario, le ofrecieron prendas para taparse y poder subir, pero aún así no lograron llegar a sus asientos.
La afectada presentó una reclamación a la compañía y su hermana lo denunció por Twitter.
Vueling ha dicho en respuesta a la polémica que la pasajera finalmente se quedó en tierra por su mal comportamiento con el personal de la compañía.
Contactamos con Rubén Sánchez, portavoz de Facua. Nos cuenta que la empresa ya ha presentado denuncias ante la Agencia Estatal de Seguridad Aérea del Ministerio de Fomento y ante la Agencia catalana del Consumo- pues es ahí donde Vueling tiene su sede social-.
“En todo caso las limitaciones relacionadas con la vestimenta podrían estar amparadas en el sentido común, pero no plantear algo que puede estar más bien relacionado con una denigración machista”, afirma Sánchez, que añade que “vulneraría tanto la normativa aérea como la regulación que existe desde hace años en materia de igualdad de género”.