La actriz Karla Sofía Gascón, reconocida internacionalmente por su papel en la aclamada película "Emilia Pérez", ha regresado gradualmente a los focos mediáticos tras toda la polémica en torno a su figura. En una conversación en 'El Hormiguero' la intérprete reveló el tortuoso camino emocional que ha recorrido en los últimos meses, tras pasar de estar en la cima del reconocimiento con múltiples nominaciones, a verse envuelta en una controversia por antiguos mensajes en redes sociales.
"No te creas que estoy tan bien. He llorado mucho. Y lo he pasado muy mal", confesó Gascón. La actriz describió su momento reciente como "un poco bastante jodido", comparándolo con sentirse bajo "la Inquisición", en referencia a la intensidad del juicio público al que se ha visto sometida.
Durante la conversación, Pablo Motos abordó un tema delicado que había circulado previamente por una declaración de la actriz: la posibilidad de que Gascón hubiera contemplado quitarse la vida. Visiblemente sorprendida por la pregunta directa sobre si había pensado en "tirarse al río", la actriz confirmó que efectivamente atravesó un momento particularmente oscuro mientras paseaba solitaria junto al Sena en París.
"Tengo una hija maravillosa que no voy a dejar sola"
"Ese mismo día antes, yo estaba paseando por el Sena con unos lagrimones que te pasas. Y pensé de verdad en que a lo mejor sería bueno desaparecer", reveló la intérprete. Sin embargo, Gascón explicó que el amor por su hija adolescente fue lo que la mantuvo anclada a la vida: "Afortunadamente, tengo una hija de 14 años maravillosa que no voy a dejar ni voy a dejar que me hunda nadie por nada".
Gascón destensaba la situación con una pequeña broma sobre la temperatura del agua: "El frío que tiene que hacer hasta que mueras, el frío que vas a pasar y luego después, encima si te ahogas y te rescatan. Que eso es lo peor".
A lo largo del programa, Gascón también reflexionó sobre su experiencia con la espiritualidad durante este periodo difícil, relatando cómo encontró consuelo inesperado en una pequeña iglesia parisina cerca de Notre Dame. "Entré a una iglesita que me gusta muchísimo en París... y me puse ahí y dije: '¡Joder! Cómo entiendo lo que podría haber pasado con esta persona para que la crucificaran'".
A pesar de los momentos de debilidad, la actriz mostró su fortaleza: "Si hay alguien que piense que a mí me va a hundir en este mundo, está muy equivocado". Gascón explicó que lo más difícil durante este periodo fue tener que contenerse y no responder inmediatamente a las críticas: "Fue un trabajo también mío, interno, que tuve que hacer... el estar callada y luchar contra mí misma en esos momentos de furia interna y decir 'quiero hablar' y 'no vas a hablar ahora'".