Cuando el pequeño se despertó fue a buscar a su madre al dormitorio, donde se la encontró tirada en el suelo. El pequeño superó el temor de ver a su madre inconsciente y se acordó de un consejo que le dieron durante una excursión con su colegio a un parque de bomberos. En aquella excursión les dijeron que si se veían en un apuro tenían que pedir socorro llamando al 112. Y eso fue lo que hizo.
La operadora que atendió la llamada fue consciente, desde un primer momento, de la gravedad de la situación. Pidió al niño que le describiese cómo estaba su madre, después le pidió que intentara despertarla dándole unos 'golpecitos' en la cara. Ese fue el momento más dramático, el niño dio la vuelta a su madre, que había caído boca abajo, y vio que salía sangre de su boca. La operadora le tranquilizó y puso en marcha la operación de asistencia.
En pocos minutos, se presentaron los servicios del 112, de la policía y una ambulancia. La madre fue asistida y felizmente se recuperó. Hoy los dos han participado en un taller de formación en emergencias para escolares.