Según el informe en 2013 la crisis había generado cinco millones de ninis más en el conjunto de los países desarrollados. Casi 20 habían desistido en buscar un trabajo, lo que les había dejado fuera del sistema educativo, social y laboral.
La situación ha mejorado pero sigue habiendo 35 millones de jóvenes que ni estudian ni trabajan. Las dificultades se deben a que muchos jóvenes terminan su educación sin haber adquirido las habilidades necesarias. Si miramos a los nuevos graduados, el 10% tiene una pobre habilidad lectora y el 14% en matemáticas. 40% abandonan la escuela antes de tiempo.
La mitad de los jóvenes españoles carecen de habilidades con ordenadores en su trabajo. Por eso la OCDE pide identificarles, reinsertalos en el sistema y garantizar que terminan su educación con las habilidades necesarias.