Fue el dueño el que dio la voz de alarma tras librarse de las ataduras. Los cinco individuos armados asaltaron el cortijo durante la noche, inmovilizaron a las tres personas que se encontraban en el interior y luego les agredieron mientras les preguntaban dónde guardaban la droga.
La hipótesis apunta a que podrían ser delincuentes especializados que suelen desvalijar las guarderías, los lugares donde almacenan la mercancía. Parece que iban buscando uno de sus almacenes, pero se equivocaron de objetivo.