Se trata de una estrategia que se prolonga hasta el próximo mes de junio para la que la OMS solicita inversiones de 56 millones de dólares.
Esta estrategia pone el foco en movilizar y coordinar a los socios, expertos y recursos para ayudar a los países a mejorar la vigilancia del virus del Zika y a los trastornos ligados al virus, incluyendo el control del mosquito, la comunicación efectiva de los riesgos y las medidas de protección dotando de cuidados médicos a los afectados y apoyando la investigación y el desarrollo urgente de vacunas, test de diagnóstico y medicamentos.
La OMS hace hincapié en la necesidad de investigar cuanto antes el tiempo que permanece activo el virus del Zika en semen y en otros fluidos humanos, así como en la posible transmisión por vía sexual y entre madre e hijo.