Unas 400.000 están dadas de alta oficialmente como empleadas del hogar, pero hay otras 200.000 que trabajan en negro.
Incluso trabajando de forma regular, sus condiciones son muy distintas al resto de trabajadores. No tienen derecho a paro, no están protegidas si se quedan embarazadas y cotizan muy poco, por lo que sus pensiones serán ínfimas, según ha confirmado Arantxa Zaguirre, de la Fundación Alternativas.
"Son trabajadoras pobres y luego serán jubiladas pobres. Van a recibir una media de 521 euros de pensión, que es la mitad de la media de lo que van a recibir en pensiones otras trabajadoras", ha dicho.
Más del 89% de las empleadas del hogar son inmigrantes o de origen extranjero.