"El islam no manda a la violencia , ni la incita, ni la justifica", ha dicho riéndose el presunto cabecilla de este grupo, Mustafá Al Lal Mohamed, "Doberman". El yihadista operaba en el entorno de la mezquita As Salam, en el popular barrio de El Camello de Melilla, donde fueron captados los otros cinco acusados de integrar esta célula, para quienes la fiscal de la Audiencia Nacional Dolores Delgado pide para cada uno 10 años de prisión.
Al Lal, tras reconocer también que captó a uno de los acusados, Mustafá Zizaoui Mohand, ha manifestado su renuncia "al uso de la violencia para imponer ideas" y ha terminado su intervención destacando: "Amo a mi gente, amo a mi familia y quiero pasar esto en paz".
Al igual que el líder de la célula, los otros cinco acusados, todos ellos en prisión preventiva, han reconocido los hechos de los que se les acusa -fundamentalmente adoctrinamiento y captación-, confesión que respondería a un intento de rebajar la petición la condena contra ellos.