Según ha informado hoy este cuerpo, fue en la noche del pasado jueves cuando dos agentes de la Policía Municipal de Madrid observaron a una menor a altas horas en esa zona de ocio.
La menor estaba sola, por lo que se acercaron a preguntarle si necesitaba ayuda. En un primer momento la joven no se identificó y manifestó a los agentes que tenía 19 años, pero su aspecto pueril les hizo sospechar que podía estar mintiendo, por lo que le pidieron su documentación.
La menor accedió a un local de copas, ya que les indicó a los agentes que la tenía en ese lugar, al que entró por la puerta trasera para intentar dar esquinazo a los policías. Una vez que la menor recogió sus efectos personales, les presentó
una fotocopia del carné de identidad de otra persona, mayor de edad.
Como los policías vieron que claramente no era ella, se dirigieron a comisaría para comprobar la identidad, ya que al revisarle el bolso encontraron en su interior numerosos preservativos, lo que hizo sospechar a los agentes que podría estar
ejerciendo la prostitución.
Una vez en dependencias policiales comprobaron que la chica en cuestión tenía catorce años y se habían interpuesto tres denuncias por desaparición. Después se localizó a la madre de la menor, quien dio permiso para poder consultar el móvil de la niña y que contenía varios vídeos de la menor practicando sexo con adultos.
Fue en ese momento cuando la menor reconoció que desde su fuga se dedicaba a practicar sexo con adultos a cambio de dinero. Los preservativos encontrados en el bolso, según manifestaciones de la chica, se los habían facilitado en un centro de salud cuando ella acudió sospechando que podía haber contraído una enfermedad de transmisión sexual.
El teléfono fue intervenido para proceder a la investigación de la identidad de los adultos por un delito de abuso sexual a menores de 16 años, en tanto que la menor quedó bajo la tutela de su madre.