Luis Argüello, arzobispo de Valladolid (Meneses de Campos, Palencia, 16 de mayo de 1953), ha sido elegido a sus 70 años como nuevo presidente de la Conferencia Episcopal . Elegido por 48 votos con mayoría absoluta holgada. "Veo rostros conocidos" ha dicho nada más bajar a la sala de prensa, bien conocida por él ya que fue cuatro años Secretario General de la Conferencia Episcopal. Conoce bien sus entresijos, no le pilla de nuevas. Pero antes de comparecer ante los periodistas ha tenido un gesto muy significativo, acompañado del nuevo vicepresidente de la CEE, el arzobispo de Madrid José Cobo (Sabiote, Jaén 20 de septiembre de 1965). Ambos han salido a la calle para saludar antes que nada a los representantes de las víctimas de los abusos sexuales en la Iglesia. Las asociaciones llevan varios días concentradas a la puerta de la Conferencia Episcopal reclamando no ser olvidadas, y este gesto marca el inicio de la nueva cúpula de la Iglesia Católica durante los próximos cuatro años.
Aquí no hay bandos
Como suele ser habitual en la Asamblea Plenaria, los obispos parecen haber votado con una balanza en la mano, ponderando las distintas sensibilidades. Aunque el nuevo presidente Luis Argüello, ha dejado claro que "en la Iglesia no hay bandos, todos somos del mismo bando el del Evangelio". Además de situar al joven arzobispo de Madrid, José Cobo, en la Comisión Ejecutiva de la CEE, entra también en este órgano de Gobierno el arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, y se mantienen el obispo de Getafe, Garcia Beltrán; el arzobispo de Oviedo Sanz Montes; el arzobispo de Burgos Mario Iceta; el arzobispo de Sevilla Saiz Meneses; y el arzobispo de Granada, Gil Tamayo. Lógicamente en el Ejecutivo están también Luis Argüello, José Cobo y el Secretario General de la CEE, García Magán.
Lealtad al Gobierno, pero críticos
Queremos escuchar sobre todo. Es el deseo que ha manifestado Luis Argüello en su comparecencia ante los periodistas. Y atender los desafíos de la Iglesia que no son pocos, como la falta de vocaciones y el alejamiento de la sociedad española de la Iglesia. Preguntado por cómo serán sus relaciones con el Gobierno, Luis Argüello ha señalado que "siempre la línea de trabajo de la Conferencia ha sido el desear colaborar por el bien común. Una colaboración que tiene que ser leal, respetuosa y crítica también a la hora de las cosas que vemos y de las que pasan en la sociedad española y en el Gobierno de la nación".