En el ayuntamiento Villanueva de Algaidas, un pueblo de 4.000 habitantes, ondeaba una bandera LGTBI. El lunes llegó una patrulla de la Guardia Civil fue a informar alcalde de que tres vecinos habían pedido la retirada de la bandera. El alcalde consultó la normativa, vio que aplicando la norma de forma rigurosa sólo podían colgar banderas institucionales así que, muy disgustado, quitó la bandera arcoiris del balcón.
Pero les salió el tiro por la culata a estos tres vecinos homófobos. Porque para compensar, los vecinos han decidido colgarlas de sus balcones y hay casi 400. Parece Chueca. Uno de los impulsores de esta justicia poética es Antonio Carlos Alcántara, un joven del pueblo que ahora vive en Torreolinos, pero que sigue teniendo allí a toda su familia y va con mucha frecuencia.
Él tenía un montón de banderas en su negocio preparadas para vender en el desfile del orgullo. Como no habrá desfile y no les iba a dar salida, pensó en regalárselas a sus vecinos. Puso un mensaje en la web del ayuntamiento con el ofrecimiento y le llovieron las peticiones.