Un maltratador reincidente alega sufrir psicosis para justificar las vejaciones y palizas a su exmujer
Un maltratador reincidente ha admitido este lunes haber sometido a su exmujer a vejaciones y palizas constantes, algunas de ellas casi mortales, escudándose en la psicosis que sufre por su adicción a los estupefacientes.
David M.S. solía amenazar a la madre de su hijo diciéndole que, como estaba "loco", si mataba a alguien iría "al psiquiátrico y no pasaría nada". El hombre ha logrado evitar sentarse en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Madrid tras alcanzar su defensa un acuerdo de conformidad con la fiscal y la acusación particular, que representa a la víctima.
La fiscal solicitaba once años de prisión por cinco delitos de lesiones, uno de maltrato familiar y otro de maltrato habitual en el ámbito familiar. El acusado y la víctima tienen un hijo en común que nació en noviembre de 2018.
Durante unas horas, el hombre ha esperado fuera de la sala intranquilo el acuerdo, que finalmente ha aceptado al verse la condena reducida de forma considerable.
La pena ha quedado reducida a un año y nueve meses y 57 días de trabajo en beneficio a la comunidad, aplicándosele las atenuantes de enfermedad mental por psicosis y por consumo, han informado a Europa Press fuentes jurídicas.
Además, tendrá que estar durante siete años alejado de la afectada una vez que sea excarcelado. El acusado ingresará previsiblemente en prisión a pesar de ser la pena inferior a dos años, dado que en violencia de género los jueces no suspenden la ejecución de la condena. En su caso, cuenta con antecedentes penales y es reincidente en delitos de maltrato.
El acuerdo se produce tras el reconocimiento de los hechos y en aras a que la víctima no sufra la doble victimización. "Quiere pasar página. Ella tiene una nueva vida", han indicado fuentes del entorno de la afectada.
"Si mato a alguien iré al psiquiátrico"
El acusado amenazaba a su mujer con asesinarla y a la que atemorizó asegurando que como estaba "loco" si mataba a alguien iría "al psiquiátrico y no pasaría nada".
Según el escrito de la acusación del Ministerio Público, la mujer volvía, a pesar de las palizas, porque presentaba un "alto grado de dependencia emocional" hacia el maltratados.
La Audiencia Provincial juzgará este lunes estas vejaciones y agresiones a las que la mujer se sometía "como consecuencia del clima de temor que impuso el acusado en su convivencia común".
Así, ha detallado que el hombre se volvió más agresivo a raíz de 2016, cuando la mujer dio a luz a un hijo común, y comenzó a controlar la rutina diaria de la víctima. "Le quitaba dinero, su móvil e incluso le impedía llevar el bebé a casa de los padres de ella", relata el texto.
Además, era algo "frecuente" que le propinase puñetazos, mordiscos y empujones; en dos ocasiones llegó incluso a dejarla inconsciente, una de ellas introduciendo una bolsa de caramelos en su boca para que no pusiese respirar.
Como consecuencia del clima de violencia verbal y física la mujer pidió apoyo en noviembre de 2016 al Servicio de Atención a Víctimas de Violencia de Género del Ayuntamiento de Madrid para "poner fin a la relación con su agresor".
Tras un tiempo en casa de sus padres, decidió regresar con el acusado, tras lo que volvieron a sucederse las palizas. "Aunque la relación sentimental ya había acabado el 17 de febrero de 2017 el acusado efectuó una llamada de teléfono a su expareja en la que le amenazó con matarla a ella y a sus padres si no llevaba a su hijo de vuelta a casa, por lo que 'sumida en un colapso emocional se trasladó con su hijo a casa del acusado", detalla el texto.
Los siguientes tres días se sucedieron las palizas y finalmente dio aviso a la Policía, cuyos agentes se percataron de las lesiones, que tuvieron que ser atendidas por el SAMUR y la víctima, finalmente, fue trasladada a un hospital.