La Comisión de Salud Pública ha aprobado el cambio de protocolo para normalizar la Covid a partir de este lunes. Con ello, acabarán las cuarentenas para positivos asintomáticos y las pruebas diagnósticas se centrarán en personas y ámbitos vulnerables.
Sanidad justifica estos cambios por los altos niveles de inmunidad en nuestro país -el 92,3 % de los mayores de 12 años han completado la pauta y más del 91 % de los mayores de 60 tienen la dosis de refuerzo-. Unas cifras que, según defienden, avalarían la transición hacia una estrategia diferente, centrada en personas y ámbitos vulnerables y casos graves.
Esta decisión llega cuando la incidencia en España ha ascendido ligeramente en los últimos días. Según la última actualización de Sanidad, desde el pasado lunes, la incidencia acumulada a 14 días ha ascendido en 25 puntos hasta alcanzar los 461 casos por cada 100.000 habitantes.
España sigue sin romper el suelo de los 400 casos y el levantamiento de las cuarentenas o la retirada de las mascarillas en interiores puede agravar la situación, según apuntan los expertos.
En esta línea, la viróloga del CSIC, Margarita del Val, ha avisado sobre las consecuencias que traerá el levantamiento de las cuarentenas, más aún cuando Ómicron y su subvariante BA.2, siguen circulando por nuestro país.
"Hasta que no se infecten todos los españoles con ómicron realmente no volverán a bajar las oleadas. Al levantar medidas, al quitar cuarentenas, lo que habrá es más probabilidades de que nos contagiemos", ha explicado la viróloga.
Primeras dosis de Paxlovid
Mientras la vacunación sigue en marcha, el pasado jueves la ministra de Sanidad firmó el acuerdo con Pfizer para comprar 334.000 píldoras de Paxlovid, el antiviral de esta farmacéutica. Así, a partir del lunes se distribuirán las primeras dosis.
Este antiviral se administra oralmente y en forma de píldoras y han sido ya avalados por la Agencia Europea del Medicamento como método eficaz para prevenir los casos más graves. En mayor medida, están recomendados para pacientes adultos que no necesitan oxígeno suplementario pero sí tienen más riesgo de que su enfermedad progrese a grave.
