Sin embargo, el estudio pone de manifiesto que los encuestados no buscaban hacer negocio y que el problema no está en la gente que procede a la reventa de entradas porque no pueden asistir al espectáculo, sino en los especuladores que buscan beneficio económico.
7 de cada 10 han pagado un sobreprecio que ha alcanzado el 150%, unos 50 o 60€ de más. Aunque expone que algunos encuestados han llegado a pagar 2000€ por una entrada de reventa.
El fundador de Ticketea explica que detrás de estas prácticas se encuentran mafias que se aprovechan de los usuarios: “No son muchos pero sí hacen mucho ruido”.