José Manuel, de 78 años, y su mujer, María, de 82 años, es un matrimonio que ha vivido en el barrio madrileño de Carabanchel durante los últimos 54 años. Ahora, con toda una vida en esa casa han sido desahuciados.
Esta pareja firmó un contrato de renta antigua en 1968 y después de que la propietaria del inmueble en el que vivían alquilados falleciese, el mayor de los herederos demandó a José Manuel por impagos a la comunidad. Una deuda de 800 euros que no pagaron por error y que el heredero del piso ha aprovechado para denunciarles y echarles de su hogar.
A pesar de que el matrimonio de ancianos ha abonado a deuda, ya es demasiado tarde y el juez ha dictado una orden de desahucio por impago.
El pasado 12 de enero, el Sindicato de Vivienda de Carabanchel convocó una protesta en la Vía Carpetana 109 que evitó que José Manuel y María perdieran su casa. El Sindicato explicó que el intento de desahucio se produjo sin alternativa habitacional.
El apoyo popular evitó entonces que echaran a José Manuel y María, tal y como anunció el sindicato en su cuenta de Twitter: "La fuerza popular ha parado el desahucio. Juntas somos imparables".
El matrimonio tenía un mes más de plazo, hasta este viernes 18 de febrero, algo que José Manuel recibió con nerviosismo, mientras que a su mujer María no le pareció suficiente: "¿De qué nos sirve un mes más? ¿Para tener otro follón aquí dentro de unos días?", declaró al Diario Público.
Finalmente el desahucio se ha producido a las 7 de la mañana de este viernes. La Policía ha entrado en la casa y un cordón policial ha impedido que la gente se acercara a la vivienda. Más de una decena de furgones policiales han custodiado la operación.
Los agentes han derribado la puerta del portal y han desalojado a los manifestantes que se encontraban dentro. En las redes sociales han circulado varios vídeos e imágenes del momento de la entrada de la Policía al edificio.
Cuando la Policía ha entrado en la vivienda el matrimonio les estaba esperando y ninguno de los dos ha opuesto resistencia. Atrás dejaban toda una vida de recuerdos.
Ahora el matrimonio se enfrentan a un futuro incierto, ya que llevan más de dos años en la lista de espera de la Empresa Municipal de la Vivienda (EMVS) para recibir una vivienda pública, pero aún no han recibido buenas noticias.