a partir de los 50 años

La menopausia dispara el riesgo de enfermedad cardiovascular

El riesgo de un accidente cardiovascular en la mujer aumenta a partir de los 50 años, edad a la que suele sobrevenir la menopausia acompañada de una serie de cambios físicos y hormonales que favorecen la aparición de "una constelación" de factores de riesgo.

ondacero.es | Agencias

Madrid |

Grupo de mujeres caminando | iStock

Cada año fallecen en España más de 65.000 mujeres como consecuencia de un accidente cardiovascular, un conjunto de enfermedades vinculadas a factores de riesgo como el colesterol, la obesidad, la hipertensión o la diabetes que se disparan durante la menopausia por el descenso de los estrógenos.

Así lo explica Nieves Tarín, miembro del Consejo de Expertos de la Fundación Española del Corazón (FEC) en el área de mujer con motivo del Día Mundial del Corazón que se celebra este domingo.

"En la menopausia es más frecuente ganar peso, que aumente el colesterol y la tensión, cuestiones que favorecen los problemas cardiovasculares" como los infartos o ictus, señala. Una de las razones de estos cambios es que durante la menopausia la mujer pierde el efecto protector de los estrógenos. De hecho se ha visto que aquellas mujeres a las que por razones médicas les extirpan los ovarios a una edad muy temprana, también desarrollan ese perfil de riesgo.

No obstante, Tarín solo recomienda un seguimiento médico estricto en el caso de mujeres con antecedentes familiares o que hayan padecido en algún momento algún problema cardiovascular. Para el resto de las mujeres sería suficiente un control anual en el que se supervisara la tensión, el colesterol y la glucosa, que permite al médico conocer si existe o no algún factor de riesgo.

Esta cardióloga lamenta que las mujeres no están suficientemente concienciadas con esta enfermedad, a pesar de que es la primera causa de mortalidad femenina, y cree que una de las principales rezones estriba en que se trata de una patología que se ha vinculado

históricamente con los hombres.

"Eso, añadido a que la mujer tiene unos niveles de autoexigencia muy altos a la hora de cumplir las expectativas tanto personales como familiares, lleva a muchas mujeres a quitarle importancia a los síntomas que sufren y lo atribuyen a otras cuestiones, por lo que

tardan bastante más en recibir atención", advierte.

Además, los síntomas de un infarto en las mujeres son algo diferentes a los que experimentan los hombres, "están algo más solapados". "Se dice que la mujer puede tener a la vez hasta 3 o 4 síntomas, como nauseas, sudoración, dolor de pecho y espalda, mareo... lo que provoca confusión".

Por otra parte, dice Tarín, la mujer históricamente tiene miedo de ir a consulta con unos síntomas y "hacer el ridículo" porque no se trate de ninguna enfermedad. "Los profesionales sanitarios estamos felices cuando vemos que alguien ha consultado por algo y se puede ir tan tranquilo porque no hemos encontrado nada grave, no nos parece una pérdida de tiempo".

La doctora insiste en que es fundamental adoptar hábitos de vida saludables, como abandonar el tabaco, pero también realizar un mínimo ejercicio diario -caminar media hora- y dormir un mínimo de 7-8 horas al día. "Se ha comprobado cómo las mujeres que tienen menos de seis horas de reposo nocturno asocian con más frecuencia hipertensión y obesidad", ha explicado.

En cuanto al ejercicio físico, Tarín ha advertido de que si una mujer que ha tenido una vida muy sedentaria comienza a practicar algún deporte, debe someterse previamente a un chequeo médico. "Cuanto antes cojamos el testigo de la vida sana mejor, nunca es demasiado tarde", ha asegurado esta cardióloga.