Hace casi una semana que Juan Ortega decidió cancelar la boda con la cardióloga Carmen Otte cuando apenas quedaban unos minutos para el comienzo del enlace. ¿Los motivos? Las dudas que tenía respecto a contraer matrimonio con la que había sido su novia los diez últimos años.
El torero se ha convertido en viral en los últimos días debido a su decisión, y la expectación generada entorno al tema ha hecho que cada día salga algún detalle nuevo sobre la relación que mantenía con su pareja o su familia política.
El último tiene que ver con unos duros mensajes que el suegro de Ortega, Miguel Ángel Otte, le envió a través de Whatsapp apenas un mes antes de la boda: "No querrás tanto a nuestra hija cuando has tardado tanto en pedirle matrimonio", le decía el ingeniero agrónomo madrileño a lo que el diestro contestó: "¿Cómo? Pero si al final habéis conseguido lo que queríais. Que nos casemos cuando habéis querido y como habéis querido".
Los mensajes supusieron un distanciamiento entre los novios
La información, publicada por el programa TardeAR y recogida por El Mundo, también añade que este intercambio de mensajes produjo discusiones y un distanciamiento entre los novios, ya que Carmen Otte se puso de parte de su padre.
Lo que sí están claros son algunos detalles que también se han conocido en los últimos días: por una parte, que será el novio quien costeé los 100.000 euros de la boda, entre traje de novia, decoración floral y otros conceptos nupciales, y por otro, que hay una figura que fue clave en la decisión de Juan Ortega de no casarse finalmente.
Se trata de un sacerdote, según publicó ABC, un "amigo de Barcelona invitado a la boda, que le aconsejó no pasar por el altar". Poco después, El Mundo revelaba su nombre: Josep María Quintana, un cura conocido por su faceta de influencer en Instagram (donde protagonizaba directos titulados 'Macrofiesta del rosario') y por haber sido el encargado de dar la bendición a la pareja formada por Íñigo Onieva y Tamara Falcó, de quien es confesor y guía.
