Los indicadores de pobreza son, económicamente, objetivos. Sin embargo su análisis aporta una buena dosis de subjetividad por cuanto es inevitable, al leerlos, compararlos cada uno con su propia situación. ¿Cuáles son los parámetros que definen si un hogar está o no en situación de pobreza energética? La Universidad Pontificia Comillas define cuatro:
- Gasto desproporcionado: porcentaje de hogares que dedican una parte muy elevada de su renta a cubrir las necesidades energéticas
- Gasto insuficiente: porcentaje de hogares que gastan en energía menos de la mitad de la media nacional
- Indicador de retraso de pagos: porcentaje de hogares que tiene que demorar el pago de las facturas eléctricas
- Indicador de temperatura inadecuada: porcentaje de hogares sin confort térmico adecuado
Con estos parámetros la fotografía de 2022, aunque algo mejor que la de 2021, muestra un panorama desolador: un 17% de los hogares (más de ocho millones) no pudieron mantener su casa caliente; un 9% ( más de cuatro millones) se retrasaron en el pago de facturas eléctricas; casi un 12% de hogares (más de cinco millones y medio) gastaron en energía mucho menos de lo necesario para lograr una situación de confort; casi un 17% de hogares (ocho millones) dedicaron a pagar los gastos energéticos un porcentaje de sus ingresos que es más del doble de un hogar medio. Y un 11% de los hogares españoles (cinco millones) están en situación de pobreza energética oculta severa, lo que significa que gastaron menos de la cuarta parte de lo que realmente necesitaría para cubrir sus necesidades energéticas. Este dato es el más alto de la serie histórica.
Contado de otra manera: un hogar mediano gasta el 4,9% de sus ingresos para cubrir los costes energéticos; los que están en pobreza energética gastan más del 9,8% de sus ingresos. Si la mediana de gasto energético por año en un hogar medio es de 763 euros, los hogares en pobreza energética están por debajo de los 382 euros de gasto anual.
Por miedo al precio no se calientan todas las habitaciones o se baja la temperatura
El 11% de los hogares españoles está en pobreza energética oculta severa, pero ese dato es la punta del iceberg de una realidad que se multiplica por tres. Son más del 30% los hogares que entran en la categoría de pobreza energética según los datos analizados. Y en respuesta a esto, explica Efraim Centeno, director de la Cátedra de Energía y Pobreza de la Universidad Pontificia Comillas, "hay un comportamiento generalizado tanto en hogares vulnerables como no vulnerables que es el gasto adaptativo: al ver los precios de la energía, hay una tendencia, por miedo a la factura, a gastar menos y eso quiere decir, por ejemplo, tener la temperatura de la casa más baja o no calentar todas las habitaciones".
Visualmente, estos datos, quedan resumidos en un gráfico elaborado por la Universidad Pontificia Comillas
Con todo, los datos registrados en 2022 son mejores de lo esperado, teniendo en cuenta el año de crisis económica, la alta inflación y los precios energéticos disparados. Detrás de este menor ritmo de crecimiento de la pobreza energética se encuentra el paquete de medidas de protección social que desplegaron las administraciones públicas. Entre las medidas, destacan los expertos de la Universidad Pontificia Comillas, el incremento de las cuantías de los bonos sociales eléctrico y térmico, que consiguió reducir la brecha de pobreza energética en los hogares más desfavorecidos (la diferencia entre los gastos reales y los que deberían haber tenido) en un 13%.
Los datos sobre los que se basa el análisis de la Universidad Pontifica de Comillas provienen de las encuestas de Presupuestos Familiares y de Condiciones de Vida publicadas a lo largo de 2023 por el Instituto Nacional de Estadística.