Jóvenes, familias, turistas o amigos han sido los protagonistas de esta tradicional cita, en la cual a las doce de la noche cada individuo ha sacado sus "uvas", en forma de ganchitos, golosinas o cereales, como si de 2017 se tratara. Uno de esos asistentes, Iñaki de 27 años, es un asiduo a este evento para "vivir las campanadas de verdad con sus seres queridos".
"Es una gran idea; porque siempre he querido ver las campanadas desde Sol pero no me quiero separar de mi familia el 31. Con esto puedo disfrutar de ambas cosas", apunta. Otro de los presentes es Juan, de 56 años, que acude a la cita acompañado de su mujer y de sus dos hijos, que se muestra sorprendido por el gran despliegue de seguridad. "Hemos tenido que pasar dos controles de policía, se agradece la vigilancia para evitar cualquier problema", destaca.
En los controles de acceso, la Policía ha intervenido aquellos objetos que pueden generar riesgos para la seguridad ciudadana. Esta celebración ha contado con un control de acceso a la Puerta del Sol en un dispositivo que ha movilizado a cientos de agentes de Policía Nacional, Municipal, SAMUR-Protección Civil y limpieza del Ayuntamiento. Las cuatro bocas de Metro y Cercanías de la Puerta del Sol han estado también cerradas al público entre las nueve y las doce y media de la noche y en ese tiempo los trenes no han realizado paradas en esa estación, dispositivo de seguridad que se repetirá durante la Nochevieja.
Siguiendo con el protocolo establecido, a las 22 horas se cerraron los accesos a la Puerta del Sol, momento en el que se vació la plaza y se señalizaron las entradas y salidas de emergencia con cartelería vertical. Según ha informado el encargado de relaciones externas de la Policía de Madrid, Juan Antonio Méndez, el desalojo, como el año pasado, se ha llevado a cabo "sin incidentes" y con la buena voluntad de los madrileños. Media hora más tarde, la Policía Municipal ha controlado los cuatro accesos por los que se podía entrar en la Puerta del Sol: Mayor, Arenal, Alcalá y Carrera de San Jerónimo, un hecho que también se llevará a cabo este sábado en Nochevieja.
El resto de calles que desembocan en Sol: Montera, Preciados, Carmen, Victoria, Carretas y Correo, se cerraron y fueron reservadas como zonas de evacuación. Por segundo año consecutivo, los miembros de Protección Civil se han contado a los asistentes a la plaza, un total de 25.000, con la restricción de dos por metro cuadrado. Así, las calles de acceso a la mítica plaza madrileña se cerraron cuando faltaban a penas minutos para la medianoche y las carreras para tener los mejores sitios y vistas se hicieron ostensibles.
El único detalle que ha faltado, como en años anteriores, ha sido el nuevo cartel instalado bajo el reloj para felicitar el año 2017, cuestión que sin duda será subsanada en la noche de este sábado, aunque no ha mermado el ánimo de la gente. Una de las novedades en el apartado de seguridad es que este año la Policía ha colocado obstáculos, como maceteros, bolardos y vehículos pesados, para evitar atentados yihadistas como el de Berlín (Alemania) en el que un camión mató a 12 personas.
En total, en el dispositivo, que ha servido de "calentamiento" para la gran cita de las campanadas de Nochevieja, han participado más de 800 efectivos, entre los cuales 400 son policías nacionales y 400 policías municipales. En la Puerta del Sol SAMUR-Protección Civil ha dispuesto a 40 personas y 8 unidades móviles, tal como hará este sábado.