Con la llegada del calor, llegan también las temidas picaduras de mosquitos. En verano, estos insectos proliferan y las noches suelen ser su momento favorito para atacarnos y llenarnos el cuerpo de picotazos.
Las picaduras producen un gran malestar que se traduce en picores en la piel, irritación e hinchazón en la parte afectada.
Sabemos que los mosquitos se sienten atraídos por ciertos colores, como el rojo, naranja, negro o cian, pero también sienten preferencia por algunas partes del cuerpo humano.
¿Por qué pican más en los tobillos?
Los tobillos suelen ser una zona donde más picaduras de mosquitos se concentran. Es cierto que es una parte del cuerpo que en verano siempre solemos llevar descubierta, pero el olor también influye a la hora de que los mosquitos dirijan ahí sus picotazos.
A través del olfato, estos insectos basan gran parte de su percepción de la realidad. Por eso, muchos repelentes no les resultan agradables y consiguen que se alejen.
Los mosquitos se sienten atraídos por el dióxido de carbono que los seres humanos exhalan al respirar y el ácido láctico que se encuentra en la transpiración. Si detectan CO2, ya tienen a la víctima perfecta a la que atacar. Pero, ¿por qué nos pican más en los tobillos?
La explicación es sencilla. En los pies se concentran una gran cantidad de bacterias que desprenden un potente aroma por el que los mosquitos se sienten fuertemente atraídos. Por eso, sienten predilección por esta zona.
Los tobillos hacen de "chimeneas" por las que escapan los olores de los pies. La planta del pie cuenta con cerca de 250.000 glándulas sudoríparas, una cifra muy superior a cualquier otra parte del cuerpo humano.
¿Qué colores atraen a los mosquitos?
Una investigación de la Universidad de Washington (EE.UU.) examinó cómo el olor a CO2 prepara a los mosquitos para emprender la búsqueda de sus "víctimas".
En una cámara de prueba, los científicos rastrearon las respuestas de los mosquitos a señales visuales y olfativas. Así, comprobaron cómo respondían los insectos a los puntos de diferentes colores en el fondo de la cámara, con o sin un rocío de CO2.
Los resultados mostraron que los mosquitos volaban hacia un punto si era rojo, naranja, negro o cian, y si primero habían olido el CO2.
Sin el rastro del gas, los insectos ignoraban estas zonas, sin importar de qué color fueran. Sin embargo, seguían sin prestar atención a las zonas verdes, azules, blancas o moradas, incluso después de ser rociadas CO2.
"Los mosquitos parecen usar olores para ayudarles a distinguir lo que está cerca, como un huésped para picar”, señaló Jeffrey Riffell, autor principal del estudio. "Cuando huelen compuestos específicos, como el CO2 de nuestro aliento, ese olor estimula los ojos para buscar colores específicos y otros patrones visuales, que están asociados con un huésped potencial, y se dirigen a ellos".
Los autores del estudio señalan que hasta ahora se habían identificado tres características principales que atraen a los mosquitos: el aliento, el sudor y la temperatura corporal. Ahora, la investigación ha encontrado a una cuarta: el color rojo.
Esta tonalidad explicaría también por qué nos atacan, ya que la piel humana, independientemente del tono o la pigmentación, emite una fuerte señal de color rojo anaranjado a los ojos de los mosquitos.
Tras los hallazgos de la investigación, se puede concluir que la mayoría de los colores que prefieren los mosquitos después de oler el CO2 (naranja, rojo y negro) se corresponden con longitudes de onda de luz más largas.