Nor, un perro que la Asociación Protectora Ocho Vidas tenía acogido en su refugio, ha muerto esta Nochevieja a causa de los petardos que se han lanzado por esta festividad, tal y como ha informado a Europa Press la presidenta de la asociación, Ana González. "Ayer por la tarde dejé a los tres perros que tenemos en una caseta, dentro de una parcela, donde duermen a diario, les di de comer y les dejé agua fresca", ha relatado. Sin embargo, "esta mañana, al ir a sacarlos estaba muerto Nor, el setter inglés de diez meses".
[[DEST:"Los otros estaban nerviosos pero bien"]]
González no duda de cuál ha sido el motivo: "Los otros estaban nerviosos pero bien", ha explicado, "y hablando con la gente del pueblo me dicen que ha estado habiendo petardos hasta las 3:30 - 4 de la madrugada". Ha añadido que les suelen "dejar la puerta abierta para que accedan a todo el solar pero como estaba helando fuera anoche" no les dejó abierto, así que por eso saben "que no ha sido nada externo". Ha recordado que los veterinarios, y las protectoras, advierten cada Navidad de que los petardos suponen, para los perros, lo equivalente a un ataque de ansiedad o de pánico para un humano, y que cada año hay alguna víctima.
Existen ejemplos como la ciudad de Collechio (Italia), que ha sido de las primeras en programar 'fuegos artificiales silenciosos', con el mensaje consistorial de que es posible disfrutar de la pirotecnia sin tener que provocar el pánico entre las mascotas de los demás. Por eso, desde Ocho Vidas creen que "los ayuntamientos deberían recordar a los agentes de policía que vigilen los solares y otros lugares donde echan los petardos" y "hacer una ley de Protección Animal más ajustada a la realidad".