El estudio, publicado este viernes en 'Human Reproduction', preguntó a 5.598 mujeres en Australia, Nueva Zelanda, Reino Unido e Irlanda sobre su dieta. Las mujeres, que no habían tenido un bebé antes, fueron entrevistadas por parteras de investigación durante su primera visita prenatal.
La profesora Claire Roberts, científica de investigación de Lloyd Cox, del Instituto de Investigación Robinson de la Universidad, quien dirigió el estudio, señala: "Los hallazgos muestran que comer una dieta de buena calidad que incluya fruta y minimizar el consumo de comida rápida mejora la fertilidad y reduce el tiempo que cuesta quedarse embarazada".
En comparación con las mujeres que comieron fruta tres o más veces al día durante el mes anterior a la concepción, las mujeres que ingirieron fruta menos de una a tres veces al mes tardaron medio mes más en quedarse embarazadas. Del mismo modo, en comparación con las mujeres que nunca o rara vez tomaron comida rápida, las mujeres que consumían comida rápida cuatro o más veces a la semana tardaron casi un mes más en quedarse embarazadas.
Entre todas las parejas en el estudio, 468 parejas (8 por ciento) se clasificaron como infértiles (definido como un periodo de más de un año para concebir) y 2.204 (39 por ciento) concibieron dentro de un mes. Cuando los investigadores analizaron el impacto de la dieta en la infertilidad, encontraron que, en las mujeres con la ingesta más baja de frutas, el riesgo de infertilidad aumentaba del 8 al 12 por ciento y en las que ingerían comida rápida cuatro o más veces a la semana, el riesgo de infertilidad aumentó de 8 a 16 por ciento.
La autora principal, la doctora Jessica Grieger, investigadora postdoctoral en la Universidad de Adelaida, apunta: "Recomendamos que las mujeres que desean quedarse embarazadas alineen sus ingestas dietéticas con las recomendaciones dietéticas nacionales para la gestación. Nuestros datos muestran que el consumo frecuente de comidas rápidas retrasa el tiempo de embarazo".
Investigaciones anteriores han tendido a centrarse en el papel que desempeña la dieta en las mujeres diagnosticadas o que reciben tratamiento para la infertilidad; pero el impacto de la dieta materna antes de la concepción en la población general no ha sido ampliamente estudiado. Esta investigación se realizó en mujeres reclutadas para el estudio multicéntrico 'Screening for Pregnancy Endpoints' (SCOPE) entre 2004 y 2011. De las 5.598 mujeres, la mayoría (5.258 o el 94 por ciento) no recibieron tratamientos de fertilidad antes de la concepción y 340 sí.
COMER VERDURAS DE HOJA VERDE O PESCADO NO AFECTA A LA CONCEPCIÓN
Durante la primera visita prenatal alrededor de las 14-16 semanas de gestación, las parteras recogieron información sobre el tiempo que tardaron en quedarse embarazadas y la dieta de las mujeres. Esto incluyó detalles de su dieta en el mes anterior a la concepción y con qué frecuencia consumían frutas, verduras de hoja verde, pescado y comidas rápidas.
Las comidas rápidas incluían hamburguesas, pizza, pollo frito y patatas fritas que se compraban en establecimientos de comida rápida o para llevar. Los alimentos rápidos que se consumen en el hogar (comprados en los supermercados, por ejemplo) no se incluyeron en los datos recopilados. Se excluyeron del análisis aquellas parejas que recibían tratamiento de fertilidad debido a la infertilidad de la pareja masculina.
"La mayoría de las mujeres no tenían antecedentes de infertilidad. Ajustamos las relaciones con la dieta previa al embarazo para tener en cuenta varios factores conocidos por aumentar el riesgo de infertilidad, incluido el índice de masa corporal [IMC] elevado y la mortalidad materna, edad, consumo de tabaco y alcohol. Como la dieta es un factor modificable, nuestros hallazgos subrayan la importancia de considerar una dieta previa a la concepción para apoyar la concepción oportuna para las mujeres que planean el embarazo", dice Grieger.
Los investigadores también descubrieron que, aunque la ingesta de frutas y comidas rápidas afectaba al tiempo hasta el embarazo, la ingesta de verduras de hoja verde o pescado antes del embarazo no. Las limitaciones del estudio incluyen el hecho de que la recopilación de datos sobre la dieta previa al embarazo se basó en el recuerdo retrospectivo e incluyó una gama limitada de alimentos. No se recopiló información sobre la dieta de los padres, y es posible que otros factores desconocidos hayan afectado a los resultados.