Tras dos años con limitaciones de aforo por la pandemia de la Covid-19, este verano, las playas están volviendo a la normalidad, pero convertidas en lugares libres de humo. Y es que las restricciones anti-tabaco se multiplican en las costas y vienen acompañadas de multas. En primer lugar, por lo molesto que puede llegar a ser para el resto de personas, especialmente las no fumadoras, y en segunda instancia, por la suciedad que dejan las colillas de los cigarros, lo cual supone una amenaza latente para la protección del medioambiente.
De esta manera, el Gobierno, que quiere reducir el consumo de tabaco un 30% respecto a 2010, pretende crear una red de playas libres de humo para "promover la limpieza y sostenibilidad de nuestro litoral, ya que muchas de las colillas de los fumadores terminan en la arena y en el mar".
Sin embargo, cada playa tiene sus propias normas, por lo que es importante saber qué se puede hacer y qué no cada vez que se acude a una.
Las sanciones por fumar en la playa
Cada vez son más los ayuntamientos de ciudades españolas que están prohibiendo fumar en sus playas para sensibilizar a la población ante el tabaquismo e informar sobre los efectos nocivos del humo.
Por ejemplo, desde que comenzó el mes de julio, Barcelona, una ciudad pionera en este asunto, ha aprobado convertir en espacios libres de humo todos los arenales de la ciudad. En este caso, de no cumplir con la normativa, las multas son de unos 30 euros y solo en caso de reiteración.
Para controlar que la ciudadanía cumple con la prohibición, se han desplegado agentes cívicos y de la Guardia Urbana, que pueden sancionar con multas equiparables a las que se ponen en otros espacios urbanos donde está prohibido fumar, como áreas de parques infantiles.
El mapa de las playas de España en las que está prohibido fumar
Aunque la primera playa de España se declaró libre de humo en 2006, solo 91 cumplían esta condición en 2018. No obstante, tras las campañas realizadas por los defensores del control del tabaco, esta cifra aumentó a 525 en 2021.