Cada vez hay más evidencias contra el jugador Dani Alves en la causa abierta contra él por agresión sexual.
En su declaración ante la juez, la víctima explicó que el jugador tiene tatuaje en el abdomen en forma de media luna, y que fue muy visible durante toda la relación no consentida. Dijo que lo vio en el momento en que el jugador la intentó obligar a hacerle una felación y ella se resistió, todo ello durante los minutos en que la encerró en el lavabo de una sala VIP en una discoteca de Barcelona. Según han explicado a El Mundo fuentes judiciales.
Cuando declaró Dani Alves la juez preguntó al jugador por el tatuaje. Su versión en ese momento era que él estaba sentado en la taza del váter y ella había entrado y se le había abalanzó encima. Ante esto, la jueza preguntó dónde lo lleva y cómo era posible que la víctima detallase su tatuaje de media luna si no se había levantado y por tanto lo tapaba la camisa.
Entonces el jugador rectificó y admitió que se levantó cuando ella entró y que por eso pudo verle el tatuaje. Posteriormente, en esa misma declaración, el jugador dijo que las relaciones fueron consentidas.
Estos tres cambios de versión durante su declaración fue uno de los argumentos por los que se ordenó prisión provisional.
Comparte celda con otro preso en un módulo para agresores sexuales
El futbolista comparte celda con otro recluso en el módulo al que son destinados la mayoría de agresores sexuales de la cárcel Brians 2 de Sant Esteve Sesrovires, Barcelona, centro al que ha sido trasladado porque dispone de recintos más seguros y menos masificados.
Durante los primeros días el jugador compartirá celda con otro recluso que ejercerá el papel de lo que en la jerga penitenciaria se conoce como "preso de confianza", cuya misión es ayudar a superar la sensación de angustia y estrés que puede causar entrar en prisión, especialmente a las personas que nunca han estado en una penitenciaría.
El módulo 13 al que ha sido destinado dispone de espacio suficiente para que a algunos de los reclusos se les pueda asignar una celda individual, si así lo aconsejan las circunstancias del preso.
Cámaras de seguridad del local
La policía ha visionado las imágenes de las cámaras de seguridad de la discoteca.
Las cámaras comprometen la versión de Dani Alves. Fuentes jurídicas afirman que en las imágenes se puede ver al jugador "acosando" a la víctima, que en su declaración ante la jueza afirmó que cogió su mano y se la puso en su pene hasta en dos ocasiones. Después, la joven dice que el jugador la llamó desde una puerta, que resultó ser un baño privado. Alves habría cerrado la puerta y habría cometido dicha agresión sexual.
Tanto el jugador como la denunciante dejan de aparecer en las imágenes de las cámaras de seguridad alrededor de 20 minutos, el tiempo en el que dos habrían permanecido en el baño y donde la mujer denuncia que Alves la "agarró de la cabeza y del pelo", la "lanzó contra el suelo" y obligó a hacerle una felación para momentos después pegarle en la cara y cometer la violación.
Todas esas diligencias, unidas al examen forense que se practicó a la denunciante cuando fue atendida en el Hospital Clínic de Barcelona, llevan a la jueza a la conclusión de que existen suficientes indicios de que Alves cometió la agresión sexual. También tuvo en cuenta la declaración "contundente" y "persistente" de la víctima, quien la mañana de este viernes se ratificó en la denuncia, en todos los extremos.
El juzgado ordenó prisión provisional
El juzgado ordenó la prisión provisional no sólo por el riesgo de fuga, ya que Alves tiene un gran poder adquisitivo, lo que facilitaría su fuga a Brasil, país con el que no hay tratado de extradición, sino también por los numerosos indicios contra el futbolista.