Según un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud, hasta el año pasado solo había 42 países con una legislación que prohibiera expresamente usar cigarrillos electrónicos en interiores, lugares de trabajo y el transporte público. Y solo 23 ponían límites a la publicidad de estos productos e incluían eslóganes disuasorios, tanto en los dispositivos como en los líquidos saborizantes que los complementan.
Los países menos desarrollados y los jóvenes, en riesgo
Originalmente, estos productos se concibieron como sustitutivos de los cigarrillos tradicionales. Y aunque resultan menos dañinos, siguen siendo prejudiciales para la salud, al contener nicotina y otras sustancias. Según los últimos estudios, su impacto puede perjudicar el desarrollo cerebral de los jóvenes menores de 20 años. Además, el consumo temprano de estos dispositivos aumenta las probabilidades de que los adolescentes se conviertan en fumadores tradicionales en el futuro.
La OMS informa que estos productos están más regulados en los países del primer mundo (el 85% ha impulsado medidas que limiten su utilización) que en el tercer mundo, donde solo el 40% tienen medidas similares. Son datos preocupantes, máxime cuando las empresas comercializadoras de cigarrillos electrónicos usan tácticas dirigidas a públicos cada vez más jóvenes, e incluso infantiles. Ante la situación, la organización exige que se tomen medidas para prohibir el uso de aromatizantes y saborizantes en estos productos (algo que, de momento, solo ocurre en 4 estados), y se sienten esperanzados por los 22 países que han prohibido los cigarrillos electrónicos, vapeadores, y cigarrillos desechables con nicotina, incluyendo México, Venezuela, Brasil, Argentina y Uruguay.
Poca protección frente a los dispositivos sin nicotina
La OMS alerta que las medidas son más laxas con los dispositivos electrónicos sin nicotina que aquellos con nicotina, dejando desprotegidos ados mil millones de personas en 105 países diferentes. Entre las medidas propuestas para combatirlos, la agencia sanitaria recomienda:
- Subir los impuestos a estos productos, para igualarlos con los cigarrillos tradicionales.
- Restringir la venta según la edad de los compradores.
- Incluir etiquetas disuasorias en los envases.
- Limitar el uso de estos dispositivos en el espacio público.
Más del 70 %, protegidos contra el tabaco
El informe destaca como algo positivo que, a día de hoy, 7 de cada 10 personas están protegidas por medidas que combaten el tabaquismo, tal como la organización propuso y promovió hace 15 años. Una protección cinco veces superior a la que existía en 2007. Para que los países puedan enfrentar la amenaza de forma eficaz, deben:
- Monitorizar el consumo entre su población.
- Proteger a los usuarios del humo.
- Ayudar a aquellos que deseen dejar de fumar, informar sobre los riesgos del consumo.
- Advertir sobre los riesgos del consumo.
- Reforzar las campañas anti tabaco.
- Aumentar os impuestos de los productos que contengan nicotina, que provoca 8,7 millones de muertes anuales.
Según el informe de la OMS, aun quedan 44 países que no han aplicado ninguna de las medidas anteriores, mientras que otros 8 no han cumplido la totalidad (incluyendo España). Para Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la entidad, "estos datos muestran que, poco a poco, pero con seguridad, más y más personas se están protegiendo de los daños del tabaco gracias a las medidas tomadas con base en las evidencias ofrecidas por la OMS".
