Según un estudio presentado hoy, con ocasión del Día Mundial contra la Obesidad, aplicar políticas fiscales que generen un aumento del 20% en el precio final de las bebidas azucaradas supondría una reducción equivalente en el consumo de estos productos.
Los datos aportados por la organización son alarmantes e indican que una de cada tres personas tiene sobrepeso y que 42 millones de niños menores de cinco años entran en esta categoría (once millones más que en el año 2000).
El 11% de los hombres y el 15% de las mujeres de la población mundial son considerados obesos.
Paralelamente, la diabetes de tipo 2 se ha multiplicado por cuatro en los últimos treinta años, con 400 millones de adultos con esta enfermedad.
Frenar esta tendencia pasa por reducir el consumo de alimentos con azúcar añadida, pero sobre todo de bebidas azucaradas, en las que el contenido de dulce es mayor y que son más populares entre los niños y jóvenes, señaló la OMS.
Una lata de refresco contiene 40 gramos de azúcar libre (monosacáridos, como fructuosa o glucosa) o lo que equivale a 10 cucharas de té.
Esto significa que con una sola de estas bebidas un adulto ya consume el máximo recomendado de la ingesta diaria de azúcar y el doble de los 20 gramos diarios que la OMS considera realmente saludable.
"Las bebidas azucaradas son muy fáciles de consumir y se han convertido en un producto muy accesible", explicó el doctor Francesco Branca, jefe del Departamento de Nutrición y Salud en la OMS.
Pese a la gran cantidad de información disponible sobre los efectos perniciosos del consumo excesivo de azúcar, "su consumo no se está reduciendo y en algunas partes del mundo incluso está aumentando", agregó.
El experto reveló que el mayor consumo de ese tipo de bebidas ha pasado de Estados Unidos a Latinoamérica, con Chile y México como los mayores consumidores del mundo, éste último prácticamente al mismo nivel que EEUU.
"Mientras en Estados Unidos vemos cierta reducción en la ingesta de calorías, en los últimos cinco años observamos el movimiento inverso en Latinoamérica", comentó el especialista.
A las dietas insanas se atribuyen once millones de muertes al año en el mundo y más de cuatro millones por obesidad.
"Sabemos que aplicar impuestos a las bebidas azucaradas es una medida muy efectiva para reducir su consumo, lo que contribuye a la reducción de la obesidad y a prevenir la diabetes", declaró por su parte el doctor Temo Waqanivalu, principal responsable del estudio.
Aunque el contenido de azúcar es mayor en los refrescos o bebidas gaseosas, el experto señaló que las medidas fiscales deben aplicarse de manera proporcional a todas las bebidas con contenido de azúcar, incluyendo los zumos de frutas, bebidas energéticas, bebidas para desayunos y a la leche con sabores.
Waqanivalu puso a México como ejemplo de un país donde el Gobierno ha tomado medidas para frenar el aumento acelerado de consumo de bebidas azucaradas.
Ello mediante el establecimiento, en enero de 2014, de una tasa especial que causó un incremento del 10% en el precio final del producto.
El impacto ya podía medirse a finales de ese mismo año, con una reducción del 6% del consumo general y de hasta un 17% en los sectores de menores recursos, detalló Waqanivalu.