Con medio mundo preparando ya sus estrategias de vacunación de cara a las próximas semanas, cabe preguntarse si cuando se comiencen a suministrar las dosis a la población de riesgo -aquella que primero recibirá la vacuna-, será suficiente para ir frenando poco a poco la pandemia.
El director de emergencias sanitarias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Mike Ryan, ha advertido de que cuando empiece el proceso de vacunación para la COVID-19, se espera que bajen las cifras globales de muertos pero no las de contagios.
"La vacuna será otra herramienta más que tenemos para detener la transmisión, pero no será el fin del virus", agregó la directora técnica de la OMS para la COVID-19, María Van Kerkhove, en un encuentro de los dos expertos con internautas a través de las redes sociales.
Ante el mantenimiento de los contagios que se espera en los próximos meses, los expertos de la OMS apelaron a la responsabilidad individual, así como a la de los gobiernos, para que continúen todas las medidas de prevención mientras las vacunas se distribuyen.
Incluso los países que muestran datos esperanzadores ahora mismo no deberán relajar las restricciones porque la vacuna no garantiza que esos números se mantengan, aseguraron.
Ryan también admitió que se va a tener que hacer un gran trabajo para convencer a la opinión pública, sobre todo a los más jóvenes, de la necesidad de ponerse una vacuna desarrollada en tan poco tiempo, cuando normalmente se necesitan años de investigación.
"El mejor tratamiento es prevenir (...). Cuando tengamos la vacuna no podemos actuar como si el virus ya no existiera, porque existe", concluyó Ryan.