La madre de la pequeña, Estela Ordóñez, junto a su marido, ha comparecido ante la prensa hoy en el Complejo Hospitalario Universitario de Compostela (CHUS) tras una reunión con los clínicos que atienden a su hija, Andrea.
Según sus propias palabras, de la reunión han salido como han entrado, puesto que les han dicho que este documento "no es vinculante" y que no se ha llegado "al punto de retirada de la vida artificial".
Los progenitores sostienen, no obstante, que desde septiembre de 2014 la menor ha empeorado gravemente, deteriorándose su estado hasta extremos muy dolorosos, y también que después de años luchando como "una campeona", su cuerpo "no aguanta más".
La madre de Andrea ha contado que nació con esta enfermedad neurodegenerativa y que ella ha sido para su cría "las manos, los pies, la boca, la voz", por lo que, como su cuidadora, sabe que "su cuerpo no va a más", y que ir "dejándola apagarse" mientras sufre es algo con lo que están en desacuerdo.
Idéntica opinión es la de su marido, Antonio Lago, que junto a ella, ha asegurado que "el final" de su hija "todo el mundo sabe cuál es", con lo que no tiene sentido sentirse con las "manos atadas", mientras ven a Andrea "demacrada" y presencian cómo "se le va la vida" en un proceso de deterioro "que irá a más y con el dolor que está teniendo".