La pandemia ha afectado notablemente a nuestras vidas. No solo a nuestra salud física, sino también a nuestra salud mental, especialmente entre los adolescentes y niños. Así lo constatan varios estudios que apuntan a que el coronavirus ha provocado un aumento de hasta el 47% en los trastornos de salud mental en los menores.
Un reciente informe señala que la pandemia también ha afectado a nuestro grado de religiosidad. Según indica la Fundación Ferrer i Guàrdia, el covid ha aumentado la cifra de agnósticos y ateos del 27,5 % en 2019 al 37,1 % en 2021, un incremento de casi 10 puntos porcentuales en sólo dos años
¿Cuáles son los motivos?
La cuestión generacional es una de las principales causas de este incremento de agnósticos y ateos, especialmente entre los menores de 34 años, con un 56,2 %, una cifra que llega al 63,5 % en la franja de edad de los 18 a 24 años.
Estas conclusiones fueron expuestas en rueda de prensa el pasado jueves por el presidente de la Fundació Ferrer i Guàrdia, Joan-Francesc Pont; el investigador de esta entidad y coautor del informe "Laicidad en cifras. Análisis 2021", Josep Mañé, y la coordinadora de proyectos de la Fundación y coautora del estudio, Hungria Panadero. Los datos del informe corresponden al CIS, a los Ministerios de Educación y Hacienda y también a la Conferencia Episcopal Española.
Descartado un cambio metodológico, el hecho de que cuando se hizo la última encuesta del CIS sobre estos temas más personas se encontraran en sus casas confinadas a causa de la pandemia "ha posibilitado una mayor diversidad en las respuestas" y esto ha dado una "imagen más real" del descenso de la religiosidad de la sociedad española.
Este brusco descenso de casi el 10 % en la religiosidad también puede deberse a la época de fuertes cambios sociales producidos debido a la pandemia.
Datos por comunidades
Según estos datos, la adscripción a opciones de conciencia es menor en Cataluña (41 % de las personas consultadas se declaran no religiosas), Navarra, con igual porcentaje, y el País Vasco (37,8 %). Por el contrario, Melilla (15 %), Ceuta (3,40 %) y Murcia (17,9 %) son las comunidades con menos personas declaradas no religiosas.
La adscripción religiosa por comunidades oscila entre el 57,3 % de Cataluña y el 96,7 % de Ceuta, pasando por el 66,5 % de Madrid, el 78,3 % de Andalucía y el 81,8 % de Extremadura.
El informe aborda también la evolución de la asignación tributaria a la Iglesia católica y a otros fines de interés social en el periodo que va de 1998 a 2018, durante el cual ha descendido la aportación a la Iglesia del 36,60 % en 1998 al 11,30 % el último. A otros fines de interés social, ha aumentado del 29,20 % en 1998 al 32,80 % en 2018, según datos del Ministerio de Hacienda del último año disponible.
El descenso de las asignaciones tributarias a la Iglesia católica no han supuesto, sin embargo, un descenso de los ingresos ya que se ha pasado de recaudar 97,2 millones de euros en 1998 a 261 millones en 2018, gracias a que las personas que destinan el 0,7 % de sus impuestos a este fin tienen mayor capacidad adquisitiva, ha apuntado Mañé.
Religión en los colegios
En el ámbito educativo, el estudio también plantea qué sucede con la asignatura de religión en las escuelas, donde crece el porcentaje de estudiantes de primaria que cursa actividades alternativas a la religión hasta el 36,1 %, según datos del Ministerio de Educación.
País Vasco (59,7 %), Cataluña (58,4 %) y Baleares (45,8 %) son las comunidades con una mayor proporción de alumnos de primaria que cursan actividades alternativas a la asignatura de religión, mientras que las que menos alumnos lo hacen son las de Ceuta (8,6 %), Extremadura (13,6 %) y Andalucía (19,5 %).
En los últimos seis años, el alumnado que cursa la asignatura de religión ha disminuido en 163.638 inscritos, a pesar de lo cual ha aumentado el número de profesores hasta los 35.294 (37,5 % más en los últimos seis cursos), según datos de la memoria anual de actividades de la Iglesia católica en España.