Al entregar el galardón que otorga la fundación vaticana que lleva el nombre del papa Emérito Benedicto XVI a la teóloga Anne-Marie Pelletier, Francisco subrayó la importancia "de que se reconozca cada vez más la contribución de las mujeres en el campo de
la investigación teológica científica y de la enseñanza de la teología, consideradas durante mucho tiempo territorios casi exclusivos del clero".
Y añadió que es necesario que "esta contribución sea estimulada y que encuentre un espacio más amplio, coherente con el crecimiento de la presencia femenina en los diferentes campos de responsabilidad de la vida de la Iglesia en particular, y no sólo en el campo
cultural".
"Desde que Pablo VI proclamó a Teresa de Ávila y a Catalina de Siena doctoras de la Iglesia no cabe duda de que las mujeres pueden alcanzar las cimas más altas en la inteligencia de la fe", dijo.
Y recordó que también "Juan Pablo II y Benedicto XVI lo han confirmado, incluyendo en la serie de doctores los nombres de otras mujeres, como Santa Teresa de Lisieux y Hildegarda de Bingen".
El premio Ratzinger también fue entregado hoy al arquitecto Mario Botta.
El papa explicó que el compromiso del arquitecto es "de altísimo valor y debe ser reconocido y animado por la Iglesia" sobre todo cuando "se arriesga el olvido de la dimensión espiritual y la deshumanización de los espacios urbanos".