Una pareja viajará de Benidorm a Pekín en bici por la antigua Ruta de la seda
Una pareja alicantina, Ana Pomares y Alberto Antón, ambos de 44 años, inician mañana domingo una aventura que les llevará desde Benidorm a Pekín en bicicleta, en un viaje que se prolongará alrededor de un año y cuyo recorrido discurrirá por la antigua Ruta de la Seda.
ondacero.es
Madrid | 20.01.2018 17:44
Para hacer realidad esta travesía han decidido renunciar a sus empleos , ella trabaja en artes plásticas y él es ingeniero civil, y destinar los ahorros de estos últimos años: "estamos abiertos a todo, incluso a no volver si encontramos algo que nos gusta"
afirman.
La pareja ha planeado recorrer la ribera del Mediterráneo, el Adriático, Eslovenia, Croacia, Bosnia, Montenegro, Albania, Macedonia, Grecia, Turquía, Asia central pasando por Irán, las exrepúblicas soviéticas de la zona y de ahí a China, atravesando todo el país hasta Pekín.
"Igual son doce meses, que once o catorce, no nos importa. Se trata de una experiencia vivencial, no deportiva. No hay que hacer un número concreto de kilómetros al día", han señalado antes de partir.
En total, serán cerca de 10.000 los kilómetros que han de recorrer, y lo que quieren es "compartir y aprender" de lo que se encuentren, y la bicicleta "es el medio para hacerlo", sostienen.
La pareja no es novata en este tipo de experiencias, pues en 2008 también llevaron a cabo otra aventura similar, desde Guatemala hasta Ushuaia, la ciudad más austral del mundo.
En esta ocasión utilizarán un tándem con un carrito en el que llevarán el equipaje y todo lo necesario para el viaje, "con la idea de ser autosuficientes", porque saben que se encontrarán zonas en las que pueden estar días sin ver a nadie.
Ana explica que llevaban varios años con esta idea en la mente y que para hacerla realidad solo hay un método: "ahorrar, trabajar, vivir con poco y dedicar el dinero a hacer lo que de verdad te gusta".
No saben cuál será el presupuesto total del viaje, "porque hay países baratos, pero hay otros muy caros, en especial por los visados", y solo tienen como referencia su experiencia anterior en Sudamérica, que les resultó por "unos cinco euros por persona y día contando todo".
A lo largo de la travesía han de pasar por territorios en conflicto en los que nadie garantiza su seguridad, aunque su principal temor, por insólito que parezca, es el tráfico.
"No somos de tener miedo a muchas cosas: cuando estábamos en Guatemala nos advertían de las maras y su peligrosidad. Lo tienes en cuenta, pero sigues tu camino. La verdad es que nuestro mayor miedo es el tráfico, porque en muchos países el ciclista es como un mosquito", aseguran.
También cuentan con otros problemas que consideran importantes y que pueden afectar a su ruta: los visados y el clima especialmente. "Habrá lugares que no podremos cruzar porque el invierno es muy duro en Asia central, así que el camino nos irá diciendo", indica Alberto.
Los dos han estado invertido estos últimos años su tiempo y su dinero en preparar el viaje, y afirman que lo más difícil no es "ni el dinero ni el tiempo, sino el valor para hacerlo".
Reconocen que tienen "cierto vértigo" sobre el regreso, "porque a lo mejor a la vuelta no hay trabajo", pero aseveran: "nos daría más miedo llevar una vida que no nos hace felices".