La masa de aire frío sigue dejando a prácticamente toda España con temperaturas muy bajas. Los termómetros han alcanzado valores más propios del invierno, "anormalmente bajos" para la época del año, según informa la AEMET. El portavoz de la agencia, Rubén del Campo, ha indicado que esta madrugada se ha bajado de 10 grados bajo cero en Pirineos, mientras que en otros lugares como Port Ainé, Lleida y Cerler, Huesca, se han registrado 12 bajo cero.
En este contexto suele surgir lo que muchos consideran un mito o falsa creencia: ¿pasar frío adelgaza? Numerosos estudios apuntan en esa dirección, como el de los investigadores del Brigham and Women's Hospital y del Joslin Diabetes Center, ubicados en Boston. Los científicos descubrieron que la exposición a las bajas temperaturas mejora la sensibilidad a la insulina y por tanto la tolerancia a la glucosa.
¿Cómo reacciona el cuerpo con el calor y el frío?
Según explica en la página web de Quirón Salud la nutricionista Carolina Pérez Iglesias, el cuerpo no reacciona igual cuando hace calor que cuando hace frío. La experta asegura que "cuando el termómetro marca entre 25 y 30º de temperatura ambiental, nuestro cuerpo no necesita consumir energía".
Sin embargo, "cuando desciende hasta 17º, el organismo tiende a producir tejido adiposo pardo, 'grasa buena' que quema energía y glucosa, y que produce el calor necesario para mantener el calor corporal". Esto supone que el efectivamente, que cuando hace frío el cuerpo necesita consumir más energía, por lo quema grasas y, por tanto, ayuda a adelgazar.
¿El frío ayuda a adelgazar? Las conclusiones de los estudios científicos
Los hallazgos de los científicos del Brigham and Women's Hospital y del Joslin Diabetes Center, también pertenecientes a Harvard, concluyen que el frío libera una molécula natural llamada Maresin 2 que ayuda a que el tejido adiposo marrón, llamado 'grasa buena' y que se comunica con otros tejidos que gestionan el metabolismo, pueda liberar con mayor facilidad la energía almacenada y provoque la reducción de peso.
"La obesidad y el síndrome metabólico están relacionados con la inflamación crónica que conduce a la resistencia a la insulina, por lo que interrumpir esa inflamación podría ofrecer terapias prometedoras para enfermedades relacionadas con la obesidad", afirmó el coautor de este estudio, Yu-Hua Tseng, profesor de medicina en Harvard e investigador principal de la sección de Fisiología Integrativa y Metabolismo del Centro de Diabetes Joslin.
Así, la exposición del cuerpo al frío reduce la inflamación y mejora el metabolismo, según este estudio. Esta denominada 'grasa buena' puede activarse por dicha exposición a las bajas temperaturas y crear así determinados lípidos que controlan el metabolismo de los nutrientes. En el estudio, los investigadores observaron cómo los ratones desarrollaban sensibilidad a la insulina y perdían peso en comparación con los que se mantenían en una zona con temperatura más "neutral".
El informe también afirma que la molécula Maresin 2 podría tener "aplicaciones clínicas" para pacientes con obesidad u otras enfermedades metabólicas o relacionadas con la inflamación crónica. No obstante, la dificultad radica en que la molécula Maresin 2 se descompone de manera más rápida, por lo que los investigadores siguen buscando otro componente más estable para su uso clínico.
Este no es el único estudio que concluye que las bajas temperaturas pueden ayudar a reducir el peso corporal. Un valor de aproximadamente 10 grados ha demostrado ser suficiente para que el tejido adiposo marrón, la 'grasa buena', se llegue a activar y con ella todos los mecanismos nombrados.