El galardón reconoce la importancia de adoptar estrategias diversas y complementarias como las de los dos premiados para afrontar "un desafío tan complejo como la lucha contra estas enfermedades". De este modo, reconoce el "papel clave" de ambos contra enfermedades infecciosas que afectan a millones de personas en países en desarrollo, causando cientos de miles de muertes, sobre todo en niños.
Concretamente, señala que el trabajo de Alonso, que ha impulsado la lucha contra la malaria mediante el uso de mosquiteras impregnadas con insecticidas, se ha traducido en avances que ya se aplican hoy y que han hecho posible reducir en un 60% la mortalidad por malaria en los últimos 15 años.
Igualmente, apunta que la investigación de Myler, que ha dirigido la secuenciación genética de los parásitos de la leishmaniasis y la enfermedad de Chagas es considerada indispensable para el desarrollo de cualquier futuro fármaco o vacuna contra las enfermedades llamadas de los pobres y olvidadas.