Mucho más que amigos
La Fundación María José Jove y la Asociación APICO llevan meses con un proyecto piloto en el Juzgado de Violencia contra la Mujer de Betanzos. Consiste en que los menores víctimas de violencia de género puedan ir a declarar acompañados de un perro de terapia.
El objetivo: reducir el estrés y la ansiedad para que puedan contar lo que les pasa. La presidenta de la Fundación, Felipa Jove, cuenta que creen mucho en este tipo de terapias por saben los beneficios que tienen en las personas que tratan con ellos. Hay niños que vuelven a hablar y vienen profesores de su clase a verlo porque no se lo creen, en el colegio no había forma de conseguirlo.
Llegar a este punto requiere mucho trabajo y la colaboración las personas y animales implicados, pero también la labor previa. Natalia Vázquez, responsable de Apico, nos explica que un niño que ha presenciado o sufrido violencia de género va a alterar sus tareas del día a día, incluso puede imitar roles, a través de la educación que reciben y ver ese maltrato como algo normal. Su labor se centra en mejorar y enseñar que esto no es así
En esta experiencia piloto participan 12 menores y tres perros: Venus, Pot y Bosco, adiestrados en Candamín, la entidad que desarrolla la terapia...Andrián Paredes es uno de sus adiestradores, asegura que es fundamental hacer una buena selección del animal. También es importante que para estos animales sea un trabajo, que después tengan su núcleo familiar, socialización, como si fuera una mascota normal. Todo apoyado por terapeutas ocupacionales como Lucía Lombardía. .Lleva dos años embarcada en el proyecto, buscando el vínculo entre el niño y el perro para conseguir que el niño se abra, cuente lo que le pasa, sin sentirse presionado por ninguna parte
En la terapia está el perro, el niño, el educador y la terapeuta, con todo el trabajo hecho, consiguen que cuando el pequeño acude ante el juez la situación de hostilidad, aunque no sea agradable, se vuelva más dulce y mejora el contexto y el espacio.
Numerosos estudios demuestran que el contacto con un perro disminuye el nivel de ansiedad. El proyecto va a estar en marcha todo el año en los juzgados de Betanzos. Casi todas las entidades implicadas han recibido premios por su labor. Desde la Fundación, Felipa asegura que han recibido muchas llamadas para extenderlo a otros lugares y eso la encanta: "cuando hay algo bueno que se está haciendo, no es copiar, es intentar llegar al máximo número de personas posibles y beneficiarlas" dice.