Casi 2.5 millones de personas en España tienen trabajo, pero son pobres, según el último informe laboral de Cáritas. En la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, la ONG insta a replantear los sistemas de protección pública al desempleo para que alcancen a los casi 8 millones de personas cuya inestabilidad laboral grave les aboca a la exclusión social.
Personas que no pueden afrontar gastos imprevistos o tienen que pedir dinero a familiares o amigos para poder subsistir pese a tener trabajo. Además según este informe en el 16 por ciento de las familias el sustentador principal tiene una inestabilidad laboral grave, con especial vulnerabilidad en el caso de 615.000 personas que subsisten con trabajos informales.
Raúl Flores, coordinador de Estudios de Cáritas, denuncia que estas "personas sufren la máxima expresión de la precariedad laboral, personas que ven como sus derechos son pisoteados y que no pueden agarrarse a ningún tipo de arbitraje de la justicia ni a coberturas sociales en los periodos menos favorables".
Las organizaciones reclaman de forma urgente un cambio de paradigma y la protección del derecho al trabajo y de un modelo de economía basado en las personas; es necesario repartir de una manera más justa el empleo, afirman, y reconocer el trabajo de cuidados.