La sección primera de la Audiencia de Palma juzgará este lunes J.R.M., de quien la acusación pública sostiene que en 2013 se metió en la bañera donde se duchaban su hija, de 11 años y una sobrina, de 12, y, forzándolas, las enjabonó y tocó los pechos y genitales mientras se masturbaba.
Menos de un año después, en la misma vivienda de la localidad ibicenca, pidió a su hija, que entonces contaba con 12 años, y a una amiga de la misma edad que se acostaran con él en la cama, donde igualmente las manoseó.
La Fiscalía considera que estos hechos son constitutivos de un delito de abusos sexuales continuados sobre su hija y de dos de abusos sexuales sobre la amiga de la menor y la sobrina, por los que pide condenas de 4 años y medio de prisión en el primer caso y sendas penas de 3 años de cárcel en los otros dos. Asimismo, la acusación reclama que el acusado indemnice a cada menor con 6.000 euros y que se le prive de la patria potestad respecto a su hija.