El procesado inició, en enero de 2012, una relación con su pareja. Según el escrito de calificación, en el transcurso de la misma fueron frecuentes los insultos y las amenazas, "prohibiéndole saludar a amigos y amigas para aislarla de su círculo social".
Además, señala que fueron también "habituales las humillaciones, desvalorizaciones e insultos para menoscabarla", hasta el punto de que la mujer modificó sus hábitos para complacer al acusado. De él, asegura que la agredió en otras ocasiones con puñetazos, bofetadas y patadas.
Concretamente en agosto de 2013 tras una discusión en un parque, le propinó bofetadas en la cara y patadas en el costado. En otra ocasión, cuando ambos viajaban en coche, comenzó a darle puñetazos en el hombro.
En otro incidente, la amenazó, según recoge el escrito de Fiscalía, con publicar unas fotografías íntimas si no reanudaban la relación, después de que la mujer rompiese con él, llegando a atentar contra su libertad sexual en un día en el que accedió a su vivienda.