El volcán de Cumbre Vieja en La Palma, Canarias, entró en erupción el 19 de septiembre de 2022. 85 días y ocho horas después, el Instituto Geográfico Nacional (IGN) pudo finalmente dar por terminado el fenómeno geológico que marcó un antes y un después en la vida de todos los palmeros. A día de hoy, continúan las labores de recuperación, que dejan sorprendentes imágenes como estas.
Rubén López, volcanólogo del IGN, compartió a través de sus redes sociales una fotografía de los pinos más próximos al cráter sur del volcán. En ella se puede observar cómo comienzan a rebrotar, pese ha haberse visto reducidos a troncos pelados de color negro oscuro por culpa de la erupción.
El pino canario posee características que parecen haberle permitido sobrevivir a un fenómeno de amplia magnitud. Su dura y gruesa corteza, que puede ser de hasta ocho centímetros, hace que sea capaz de mantener una buena protección ante las altas temperaturas. No solo eso si no que sus piñones, que se liberan al primer contacto con el fuego, cuentan con un apéndice alar que les permite viajar durante largas distancias.Una evolución positiva
Periodistas de laSexta han podido hablar con el investigador y delegado del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Canarias, Manuel Nogales Hidalgo, sobre la evolución del entorno que se vio afectado. Durante la entrevista, aseguró sentirse "verdaderamente impresionado" por el desarrollo de todo lo que rodea al volcán.
El investigador explicó cómo algunos troncos mostrados en la foto tienen pequeños brotes, conocidos como parénquimas axiales, que permiten al árbol mantener "reservas" de si mismo. Una estimación todavía no cerrada ni oficial, señala que puede que el 30% de estos puedan ser reabsorbidos. El crecimiento del resto dependerá del sistema radicular del entorno.
Nogales también recalca que algunas de las piñas que pudieron sobrevivir a la lava que arrasó con los terrenos cercanos al volcán, acaban de "liberar piñones". Estos han podido ser vistos encima de la ceniza volcánica, que mantiene el suelo "completamente negro". Actualmente, el primer kilómetro que rodea el cráter parece sufrir la situación "más delicada", ya que los pinos no presentan un color caqui si no un característico tono verdoso.
Por el momento, el investigador asegura que "hay que esperar" para analizar los datos sobre la fertilidad y el estado del suelo, ya que continúan recabando información. Aun así, esperan poder compartir los resultados una vez cumplido el año de la erupción. Por otro lado, asegura que "todo lo que era inferior a un metro -de altitud- no existe", únicamente quedando "los pinos a casi dos kilómetros a la redonda". Tampoco han podido acceder al "antiguo suelo", ya que existe una enorme cantidad de ceniza, de aproximadamente metro y medio de altura, cubriéndolo.
El CSIC continúa realizando seguimientos y censos de la fauna local. Entre los animales que están siendo observados se encuentran aves, invertebrados, lagartos y murciélagos. Hasta el momento, no se había realizado este tipo de investigación.