La llegada del verano y de las altas temperaturas trae aparejado un riesgo que, año tras año, arrebata la vida de numerosos bañistas: en los primeros siete meses de este año, 249 personas han perdido la vida al ahogarse en distintas superficies acuáticas, según informa la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo (RFESS). En los tres primeros días de agosto, remite la federación, ya han fallecido 4 personas por ahogamiento. En julio, se registraron 79 ahogamientos con resultado mortal.
De este modo, 2023 se convierte en el año con más fallecidos de los últimos cinco, y el tercero de los últimos ocho: en 2017 murieron 306 personas, mientras que en 2016 la cifra de muertos ascendió hasta los 266. La comunidad en la que más muertes se registraron fue Andalucía con 38 fallecimientos, seguida de Cataluña (37), Comunidad Valenciana (33) y las Islas Canarias (31).
El espacio que más riesgos parece entrañar es la playa, pues más de la mitad de las muertes registrados se han dado en las aguas próximas a la costa - 133 de 249-, mientras que 22 personas han fallecido en la piscina, 6 en el río y 6 en otros espacios acuáticos.
Tal y como recoge 20 Minutos, los socorristas explican que el aumento de las temperaturas ha afectado a los patrones de los vientos y de las corrientes superficiales, que pueden aumentar el riesgo al bañarse. Además, el retorno a las playas después de la pandemia también ha incrementado el número de bañistas y, por lo tanto, el número de personas expuestas a los peligros del mar.
Los mayores de 55, el grupo con más riesgo
Por edad, son los mayores de 55 años los que más riesgo de ahogamiento sufren, pues 39 de las 79 víctimas del mes de julio se encuadraban de esta horquilla de edad. Del total, 17 menores de edad han perdido la vida este año en el
agua: tres niños de menos de 3 años, 2 de entre 4 y 6 y cuatro de entre 7 y 10. Se recomienda mantener siempre la vigilancia sobre los más pequeños en el agua, pues estos se pueden ahogar en cuestión de minutos.
Isabel García, presidenta de la Real Federación que ha arrojado luz sobre estos datos, ha valorado las preocupantes cifras y ha destacado la "perentoria necesidad" de establecer una Estrategia Estatal de Seguridad Acuática que, en
palabras de García, acabe con el "caos" entre administraciones, que puede entorpecer la labor de prever y evitar este tipo de tragedias.