Las preúvas proliferan por cada rincón de España. El ensayo de las campanadas de Nochevieja ya se ha convertido en una tradición en sí misma y miles de personas y municipios se han sumado a esta nueva celebración en las horas antes al fin del año.
Las alternativas a las uvas
Dependiendo de la zona se celebra a horas distintas y se toman uvas o lo que sea. Y ese "lo que sea" pueden ser desde gominolas, hasta pipas, fruta o, incluso, aceitunas. Pero, sin duda, lo que la gente elige para las preúvas es especialmente llamativo en dos municipios separados por 800 kilómetros de distancia.
Se trata de Soria y de Algar (Cádiz). En el primero, se celebran las preúvas comiendo torreznos y en el segundo, chicharrones, dos de las versiones más radicales que se conocen de las campanadas de Nochevieja.
En Soria, se han celebrado este sábado cambiando las uvas por torreznos, pequeños pedazos de piel de cerdo (lo suficientemente pequeños para no atragantarse). El tamañao perfecto, según Juan Delgado, de la marca de garantía Torrezno de Soria: "El tamaño es lo suficientemente pequeño para que pueda digerirse bien y también que no sea excesivamente pequeño como para que se destruya la corteza al cortarlo".
Más de 1.500 bolsas se han repartido y al terminar todos se han deseado "Feliz Torrezo Nuevo".
"¡Feliz chicharrón nuevo!"
Por su parte, en Algar (Cádiz), dentro de unas horas se celebrarán las preúvas comiendo chicharrones. Este manjar porcino será el protagonista de las particulares preuvas de este pueblo de la sierra de Cádiz. Eso sí, habrá tiempo para comérselos uno a uno no vaya a haber atragantamientos.
El alcalde José Carlos Sánchez dice que sirven para poner en valor la gastronomía y el turismo de la zona: "Hay precampanadas en muchos municipios, por eso quisimos hacerlas con algo especial, por eso las hicimos con chicharrones". Cada chicharrón está dedicado a una causa social.