"El tiempo del fin de semana no es de la escuela, es de la familia", enfatiza el secretario general de Ceapa, José Luis Pazos, en declaraciones a Efe TV. Pero esta "huelga de deberes" promovida por la principal organización de padres de la escuela pública no está exenta de controversia. Ha sido rechazada por las familias de Concapa, mayoritaria en la educación concertada, y varios sindicatos de profesorado.
Por su parte, fuentes del Ministerio de Educación han recordado a Efe que los deberes forman parte de la autonomía de los centros y de los profesores. El 48,5 % de los padres consideran que las tareas escolares en casa afectan de forma negativa a su vida familiar, según un estudio de la propia Ceapa. El 20,24 % de éstos indican que los alumnos dedican más de dos horas diarias a los deberes.
El objetivo es que estas tareas desaparezcan totalmente y, como primer paso, se pretende que los fines de semana queden exentos, según la campaña de Ceapa "En la escuela falta una asignatura: mi tiempo libre". Y una madre, Eva Bailén, ha recogido ya 220.000 firmas a favor de "unos deberes justos", a la espera de poder entregarlas en el Ministerio de Educación. Piensa que no tendrían que mandarse hasta sexto de Primaria.
Pazos, a su vez, defiende que se trata de que las actividades familiares sean protagonistas los fines de semana. Así, Ceapa propone ir a museos, practicar deporte, jugar, visitar a algún pariente o charlar sobre temas de actualidad. Pero los deberes "entorpecen" todo esto, según Pazos. "Proponemos que el modelo educativo cambie -comenta-, que los deberes desaparezcan, que lo escolar, lo curricular quede resuelto en la escuela, como están haciendo muchos países de nuestro entorno que obtienen mejores resultados (educativos) que nosotros".
No obstante, advierte contra quienes tratan de confundir los deberes con el estudio. "Otra cosa muy distinta es que, desde la escuela -explica-, se motive (a los alumnos) para seguir aprendiendo y profundizando en lo que se haya hecho en el día y se les diga cosas que pueden hacer de manera voluntaria, nunca para castigarlos si no lo hacen". Ya hay colegios que trabajan por proyectos y sin libros de texto ni exámenes tradicionales, y con "buenos resultados", asegura.
Ceapa lleva años intentando que se abra el debate sobre los deberes, pero siempre hay alguien que dice "ahora no toca", por ejemplo porque, en este momento, se habla de un posible pacto educativo. Si se consigue ese pacto y se cambie el modelo educativo, "¿para cuándo dejamos el debate de los deberes?, se pregunta Pazos retóricamente.
Sobre el rechazo de los sindicatos de docentes a la iniciativa, dice que la mayor parte del profesorado está de acuerdo, que ha "entendido" la campaña y la apoya.
Para facilitar la negativa a los deberes durante los fines de semana, Ceapa ha propuesto modelos de escrito para comunicar a tutores y centros que "no autorizan" que los hijos los hagan y para justificarlo. Sin embargo, se recomienda a las familias que atiendan la petición de los hijos si estos priorizan las tareas escolares, y que acuerden "un tiempo repartido de forma adecuada entre los deberes y las actividades familiares".
Pero en la escuela concertada, el presidente de la Concapa, Pedro José Caballero, asegura a Efe que este asunto se está sacando "de quicio" y llamando casi a la "insumisión" a los niños. Entre los sindicatos, Francisco García (CCOO) recuerda que el actual modelo educativo "requiere trabajar dentro y fuera del aula", y le "preocupa" que se cuestione una decisión del profesor. Mario Gutiérrez (CSIF) califica la "huelga de deberes" de "despropósito y una barbaridad". No comprende que se proponga dejar de hacer caso a las instrucciones docentes. Nicolás Fernández Guisado (ANPE) comenta que la campaña "atenta" contra la libertad de cátedra y el respeto a la labor docente. Maribel Loranca (UGT) opina que este planteamiento, que "parece una convocatoria de huelga", no es el más acertado.