El príncipe, vestido con su uniforme militar, estuvo acompañado por su hermano, el duque de Cambridge, que es el padrino y el encargado de llevar a los anillos que se intercambiará la pareja.
Los príncipes Enrique y Guillermo son unos de los últimos miembros de la familia real en entrar en el templo religioso, antes de que lo haga la reina Isabel II y poco después la novia.
En un día soleado, el enlace ha generado una gran atención mediática, con numerosas cámaras de televisión que transmiten la boda y miles de personas que se han acercado hasta Windsor.
Una vez casados, el matrimonio saldrá de la capilla como sus "altezas reales duques de Sussex", después de que la reina Isabel II otorgase al príncipe este título nobiliario pocas horas antes de que empiece la ceremonia religiosa.
La novia entrará a la capilla del brazo del príncipe Carlos, heredero de la corona británica, ante la ausencia de su padre, Thomas Markle, tras ser sometido a una operación de corazón.
Según el palacio de Kensington, residencia oficial del príncipe Enrique, la exactriz estadounidense, de 36 años, le había pedido al príncipe de Gales que la acompañase hasta el altar.