A Iván G.P., de 27 años, se le investiga por ese doble asesinato, con la agravante de parentesco, según fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia.
A la salida del juzgado, su abogado, Luis Santos, ha relatado a los periodistas que su defendido sostiene que los crímenes pudieron deberse a un ajuste de cuentas por un asunto de drogas en el que participó hace unos cuatro meses que no salió bien y a resultas del cual recibió amenazas, como puede comprobarse en su teléfono móvil.
"Me tengo que plantear si recurrir o no el auto de ingreso en prisión porque creo conveniente esperar al resultado de alguna de las pruebas que realizó la Guardia Civil de análisis de tóxicos y de sangre, entre otras", ha añadido.
Según el atestado de la Guardia Civil que ha podido analizar, todos los testigos que el detenido citó que lo habían visto la noche del crimen "han coincidido en que llevaba la misma ropa durante toda la noche y en las horas en las que él dijo que los había visto".
Además, ha añadido, "los teléfonos móviles de todos ellos han sido analizados, lo que lleva a reducir a 10 minutos los 60 de margen de actuación que inicialmente se calculó que pudo tener" para cometer los asesinatos, lo que su defensa considera "imposible" que hiciera en ese escaso tiempo la madrugada del lunes al martes pasados.
El detenido ha entrado a declarar sobre las diez de esta mañana esposado y a cara descubierta a los juzgados donde lo esperaba su abogado, que se hace cargo de su defensa desde que fue detenido el mismo martes, por lo que se han agotado las 72 horas de plazo legal para su puesta a disposición judicial.
La declaración del sospechoso se aplazó un día debido a la gran alteración que presentaba el de su detención, cuando a primera hora de la mañana se presentó en el cuartel torreño para denunciar que había hallado muertos en su casa a su madre y a su hermano, y hasta una segunda jornada por recomendación de su abogado, por lo que finalmente fue interrogado por la Guardia Civil ayer.